Viejos sonidos del futuro - El Gnomo habla del nuevo disco de La Filarmónica Cósmica

Fotografía: Pablo Mekler

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"La vida cambia con el viento". Eso canta Martín Reznik en Vida de sueños, la canción que cierra Futuro, el flamante disco realizado con la nueva formación de La Filarmónica Cósmica, que a esta altura más que una banda es un concepto que muta de acuerdo al deseo y por eso mismo puede absorber géneros, músicos y estados de ánimos de lo mas disímiles sin que nunca se ponga en duda lo que es. Que la vida cambió en éstos últimos años para el Gnomo ya no es novedad. De aquel incidente en 2016 que le comprometió el oído, a este presente de canciones con guitarra, violín y bandoneón pasaron muchas cosas. Entre ellas la visita que le hizo Alexei Musatov cuando aún se encontraba convalesciente y recibía amigos para que le canten: Alex llevó un caviar ruso y le dió un concierto de violín para él solo que -exagerando un poco- le curó el oído.

Un tiempo después, ellos dos más Manuel Barrios se juntaron para empezar a buscar el sonido sanador que escondían esas canciones. Ya habían quedado atrás la grabación de Reznik en la casa de Ezequiel Borra con guitarra y voz (que no prosperó), y el intento por grabar de manera analógica que habían pensado con Juanito el Cantor (que no se puso en marcha por falta de presupuesto). El click se produjo después del accidente la noche que va a escuchar a Ezequiel Borra al CAFF y se cruza con Manu, a quien conocía por Ivo Ferrer: "Se me acercó y me dijo que le encantaban mis discos, que sentía que mi obra tenía un mensaje muy coherente y que en esa nota que habíamos hecho nosotros [acá] estaba expuesto o explicitado eso", cuenta. Al poco tiempo, en las tertulias de La Grande se encontró con Alex, que le dijo: "Che, tenemos que armar algo". Así se armó el trío: "Vinieron a casa un día y arrancó".

Bob Dylan cantó en Bye and Bye que "The future for mi is already a thing of the past". En reiterados reportajes Charly García se apropió  de esa linea y la tradujo (a su modo, claro) como "El futuro está en el pasado". La nueva conformación de La Filarmónica podría suscribir eso sin peros y agregar que la traducción musical de esa frase en Argentina es Futuro, un disco que se vale de instrumentos que tienen un largo recorrido por estas pampas, los combina y encuentra en esos timbres nuevos modos de decir y de construir el porvenir inmediato. Vamos a decirlo mejor: "Los viejos sonidos del futuro" que aparecen mencionados en Ánima.

En la charla con Martín Reznik antes de la presentación del disco este jueves en el CAFF, hablamos de la busqueda del sonido / la importancia de músicos que toquen bien independientemente de los timbres de los instrumentos / la violencia de la tecnología / la modernidad en los vínculos humanos / la ternura / Santiago Maldonado / las afinaciones / Pablo Dacal y Onda Vaga (ambos invitados en el disco) / el lugar que nos toca ocupar / la envidia y el resentimiento. Tómense su tiempo y adéntrense en la lectura.

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- A pesar de lo reconocible que son los timbres de cada instrumento, lo novedoso está en la combinación aplicada al tipo de música que hacés vos. Hay tierra, tango, litoral.

- Para mí es re argentino el sonido, re porteño. Lo siento muy de Buenos Aires. El otro día un amigo que no le gusta el folclore ni la música acústica me dijo que el disco es rock, y yo coincido. Los pibes son músicos de tango pero son músicos de rock también, aman el rock y eso está en la forma en la que están pensados los arreglos. El violín toca como una guitarra y el bandondeón también como una guitarra o como un sintetizador. Es un tratamiento rockero con aires de música argentina, porque hay aires tangueros, hay aires folclóricos, también hay aires gitanos con el violín y con el bandoneón...

-Y hay un lugar para el desarrollo, a la canción le das el tiempo que necesite y si la canción tiene que durar cinco minutos no hay problemas, ¿no? Ese desarrollo es hacia adentro, es para llegar al corazón de la canción. Fieras es una de esas donde tenés un minuto y medio de introducción, ¿no?

- ¿Y Viajo? Viajo también es así, es música instrumental, tiene fragmentos cercanos a las música de los 70 medio progresiva o psicodélica, Invisible, Krimson...

- ¿Volviste a esa música?, ¿la fuiste escuchando como referencia?

- No, para nada. Pero creo que a los chicos también les copa ese tipo de viajes musicales. Eso estaba presente en los discos anteriores y ahora se profundizó más. Creo que si bien hay canciones más cerraditas, este disco es más abierto, está más respetado el desarrollo propio de la idea musical. Tres [el disco anterior de LFC] tiene algunos momentos de música instrumental pero en general son canciones más redonditas todas, pum.

- ¿Los arreglos son pensados por vos o diste lugar a que se involucren todos?

- No, son hechos entre los tres a través de ensayos o zapadas. Lo que hice yo fue escuchar lo que grabamos y decir: "Miren lo que salió acá". Eso lo hice mucho. El último tema, Vida de sueños, creo que lo grabé  la primera vez que lo tocamos y quedó prácticamente ese arreglo; les hice reproducir eso porque tenía mucha magia. Creo que todavía hoy me gusta más esa versión del ensayo [risa]. Mucha magia. Ellos se entienden muy bien entre ellos. Por ahí Alexei va subiendo de octavas y Manu lo complementa. Yo por ahí le pasaba a Manu las nota que estaba tocando en la guitarra y en muchos casos son las mismas notas de la guitarra llevadas al bandoneón. Para Fieras yo había hecho un arreglo de voces que está en la maqueta, y después la pasé al violín y al bandoneón. También hay cosas de ellos. Yo soy un poco director musical pero no viene para nada de mi cabeza, los arreglos están hechos en grupo.

- ¿Y el trabajo con esos timbres es estimulante?

- Sí, está buenísimo el timbre, pero también esos timbres con malos músicos no funcionan. Es el timbre pero es cómo tocan estos pibes: como toca el ruso, como toca Manu y como se entienden entre ellos dos, porque ahí hay algo que es muy particular. ¡Ojo con eso! Lo primero que escucha la gente es cómo toca el violinista, claramente. Yo creo que Manu es igual de crack, lo que pasa es que ocupa un lugar de sostén, sostiene mucho todo lo que toca Alexei.

- En una canción como Computadora aparece todo lo que trae el mundo moderno, sus vicios, las adicciones tecnológicas. ¿Cómo te llevás con eso?

- Es lo que dice la canción, está dicho ahí. En un punto trae cosas que aplaudo y están buenísimas, pero creo que es más negativo que positivo el saldo.

- ¿Estás pensando eso?

- Sí, te das cuenta cuando vas en un bondi y todo el mundo mira el celular, o cuando vas por la calle y la gente camina mirando el celular. ¡Estamos todos locos! Eso alimenta un nivel de ansiedad que es insano y nos mete en el cerebro un nivel de información que podríamos evitar, es mucho más de la necesaria. No estamos en silencio. Nos levantamos y agarramos el celular, vamos a cagar con el celular, vamos a coger y nos filmamos con el celular, o sea... Vamos a un concierto y lo filmamos con el celular.... Además está comprobado que esa información va a parar a sistemas y después hacen investigaciones sociológicas. O sea, es un instrumento de control a lo Faucault pero peor. Pero bueno, también se puede utilizar para hacer movilzaciones a favor del aborto o en contra de la reforma previsional...

- ¿Y la cuestión violenta dónde la ves? "A la vez todo se vuelve tan violento", cantás.

- Hay muchas formas de violencia, pero sobre todo creo que es violenta la irrupción del robot en la mente y la droga que genera, la necesidad, la dependencia. Eso es violento. Porque es algo que no vemos pero que tiene cables invisibles que nos domina, opera en nosotros. Es un instrumento de control sobre nuestros cuerpos, mentes y corazones. Lo más suave es buscar algo para comprar en internet y después te aperecen cosas relacionadas a eso todo el tiempo. A mí me pasó ir a comprar unos borcegos a un lugar sin haberlo googleado ni nada y después -te lo juro por mi vida que no lo busqué en internet- me aparecía esa marca de borcegos en las publicidades. Explicame eso.

- ....

- Tampoco hay que ponerse muy paranoico, pero esas cosas ocurren. Pero lo que a mí me resulta más violento es querer sentarme media hora a tocar el piano y no poder dejar el celular o estar pendiente de eso, o darme cuenta de que estoy ansioso y me cuesta concentrarme. 

- Claro, a veces para estar con nosotros mismos hay que luchar contra eso, a mí también me pasa.

- Y también es violento el hecho de que hay un supuesta conexión o unión pero es super solitario. Eso es super violento. Lo veo en el amor también, la cantidad de oferta que hay genera una cosa muy histérica, esto del Tinder...

- ¿Tenés?

- Me puse la semana pasada para ver qué onda y me pareció violento el supermercado de los cuerpos. Para serte sincero, solo likeaba pibas que estaban buenas, gatos, y ninguna me dio bola [risas]. Y me dí de baja. No hace tanto si quería encontrarme con alguien salía a la calle, iba a un recital, a un boliche... Y siento que es un tiempo de mucha soledad. A mí me pasa, no quiero generalizar. Hay una cosa de la modernidad de las relaciones que no me va.

- ¿Modernidad de las relaciones es superficialidad?

- Eh... no sé [largo silencio]. Creo que el amor en la modernidad está mal visto, está empezando a pasar algo de eso. Hay una deconstrucción y está bien que se genere una incertidumbre en cuanto a los vínculos.

- Estamos reviendo todo.

- Estamos reviendo todo. Siento que la deshumanización de las relaciones y el encuentro puramente físico, exclusivamente genital... Digamos, para poder conectar con alguien necesitás profundizar, necesitás verte más y conocerte, y encontrarte y se va construyendo así. No quiero decir que no pase más, pero pareciera que hay una libertad sexual y en realidad hay más represión. Es más represivo la escisión de lo humano y la condena de la ternura y del romanticismo, eso creo que forma parte de la deconstrucción. Y a la vez la veo necesaria esa deconstrucción porque hay una imposición de modelos que vienen de otros tiempos que ya no cuajan ahora.

"Creo que es violenta la irrupción del robot en la mente y la droga que genera, la necesidad, la dependencia. Eso es violento. Porque es algo que no vemos pero que tiene cables invisibles que nos domina, opera en nosotros. Es un instrumento de control sobre nuestros cuerpos, mentes y corazones"

- ¿Cómo se traduce eso en la música? ¿Pensás que tu música tiene ternura?

- Total, porque yo soy una persona muy sensible, entonces fugo por ahí.

- ¿Pénsás que a través de la música se puede ver lo que vos sos?

- Bueno, eso está en cada uno. Creo que el que mira ve su propia ternura... O sea, si yo soy un buen espejo de ternura y vos sos un pibe tierno capaz te vas a identificar con eso. Mi música creo que viene de adentro y hay muchas cosas que están volcadas en las canciones porque es lo que yo soy. Trato de que salgan de un lugar genuino, en eso trabajo. No pienso las cosas, no digo: "Voy a hacer una canción sobre esto o lo otro". Bah, en Libertad sí, dije: "Quiero hacer una canción sobre la libertad". Y hice esa canción.

- ¿Esa tuvo pequeñas modificaciones cuando la mostraste a Tomi, Jano y Faca con Los grillos del monte?

- La toqué un montón a lo largo de los años, entonces se fue modificando. En un momento hablaba de los presos, de cuestiones más políticas, hablaba de dictaduras, y después fui eligiendo no hacer un panfleto, sino que dentro de la canción las cosas que quería decir estén dichas de una forma no disruptiva con el relato. Si vos venís hablando en un tono y de repente metés una cosa que habla de la dictadura o la tortura capaz que rompe con el fluir der la canción, entonces eso está pero dicho de otra manera, ¿entendés? Me costó un montón encontrar ese equilibrio.

- ¿Qué pasa cuando la tocás en vivo?

- A la gente le encanta. Cuando tocamos en Necochea había aparecido Santiago Maldonado el día anterior y estábamos todos muy conmocionados y la dediqué a esa situación y fue muy emocionante.

- Me viene pasando mucho últimamente al hablar con los músicos que el tema Santiago Maldonado vuelve a salir. Fue muy fuerte. Y me decían que hasta les hizo repensar el sentido de hacer música. ¿Vos pensás en el sentido de hacer música?

- Sí. Eh, me gusta pensar que el arte en general es un modo de alimentar los corazones y las mentes, y un modo de mantener viva esa llama y resistir ante el avance de la nada, para decirlo de alguna forma. La nada es el capitalismo, es el macrismo, es el negocio que arruina el planeta, entonces el arte contribuye a mantener los corazones vivos y las mentes despiertas. Y tiene que estimular, que te den ganas de levantarte a la mañana, que te de energía, que emociones, porque la emoción ablanda y cuando te ablandás con una música que te conmueve podés conectar más con vos mismo, y ahí sos más libre, sos más vos. Y si sos más vos estás más con los demás también. Por eso critico tanto la moda, eso es lo que critico de las relaciones, ¿entendés? En general se actúa así porque es lo que está de onda, pero ¿si eso no es sano?

- El de Futuro no es un sonido de moda.

- Total. Lo bueno de no ir con la moda es que hacés algo original. A eso apuntamos, pero ser original no es algo que se piensa. Eso funciona mucho cuando te juntás con otra gente y trabajás en grupo. De la unión de partes se genera algo nuevo. Y es un grupo. Uno solo puede ser original, pero a mí me es más fácil con otros [risas], porque generás un monstruo nuevo. Vos solo puede ser que te repitas o que intentes copiar a este maestro o a otro, o estés pensando en Charly o en Mateo.

- Te escuché decir que para este disco estuviste pensando en Mateo solo bien se lame y en Ataud de Spinetta.

- Sí. Cuando yo empecé con las primeras grabaciones que hice en lo de Borra con guitarra y voz, yo sabía que estas canciones iba a grabarlas con pocos elementos y tenía esos discos de referencia porque me encantan, porque nunca había hecho un disco así y porque había tenido charlas con Juanito [Juan Ignacio Serrano], y tenía ganas de que haya pocos elementos con más fundamento, con más peso, con más espacio sonoro. O sea, una guitarra y un violín tiene mucho más espacio que una guitarra, un violín, una batería, un bajo, un piano... Cada instrumento empieza a perder timbre, a perder color. A una guitarra sola le metés varios micrófonos y tenés todo ese brillo de los graves, los agudos, las cercanías, atrás, podés jugar con eso. Si vos grabás con tres micrófonos pero le metés veinte instrumentos detrás empezás a perder. En ese sentido era la referencia.

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- Contame cómo componés una canción. ¿Sos muy mañoso? Se nota en tu música que un porcentaje alto es intuición, pero también se nota los momentos en que aparecen melodías y armonías que las enrarecen.

- Hay distintos procesos. Hay canciones que son más de la letra y otras más de música. En el caso de Fieras, la letra acompaña a la música. Pero la forma es siempre improvisando. Cuando viene la inspiración pongo rec y registro las melodías tratando de pegarle a los acordes. A veces pongo un dedo en el lugar equivocado -entre comillas- y eso genera que la armonía vaya para otro lado, y busco, busco y busco. Y después escucho y me quedo con lo que más me gusta. Por ejemplo, Computadora vino de un tirón, así, con esa armonía loca. Después cambié unas frases, pero vino de un saque. Fieras, no. Estaba en Xavi, hice una caminata larga hacia una laguna y la laguna estaba seca, pero había unas cavernas y unos pajarracos re locos y me puse a tocar la guitarra. Y afiné la guitarra en una tonalidad que nunca había hecho, y apareció una melodía en la cabeza, empezó a salir el arpegio, estuve un rato largo tocando ese arpegio y después salieron otras...

- ¿En que está afinada?

- DoMaj7. Lo inventé ahí sin saber, eh. Estaba buscando un color de la guitarra que me guste y es: do-sol-do-mi-si-mi. Y bueno, salió el arpegio y la melodía sin ninguna palabra... en vez de fieras decía reina, creo. Tarareo y nada más. Hace cinco o seis años tuvo una primera etapa en que la boceteé, armé una especie de estructura, después le saqué una parte (tenía una parte en Mi mayor), bueno, no sé... Y finalmente llegué a una estructura con una letra diferente, y cuando la armé con el trío se terminó de armar.

- ¿Y Viajo?

- Esa tiene la misma afinación que Fieras, pero está en otro tono.

- Lo invitaste a Pablo Dacal a cantar.

- Sí, me dí el gusto. Para mí Pablo simboliza de alguna forma toda una generación de cantautores de la cual yo me siento parte, si bien soy unos años menor. Es como mi homenaje a esa generación de cantautores. Fui creciendo con eso y fuimos armando una identidad. Con Pablo nunca fuimos amigos, pero con el tiempo nos fuimos acercando un poquito más. Y siempre sentí una admiración por ese mundo que un poco lo miraba de lejos, capaz por ser más chico. Él siempre la tuvo más clara con respecto a plantear el lugar en el que estábamos y lo que estábamos haciendo, y lo que significaba tocar acústico, el manifiesto que escribió una vez... Más allá de que su música me encanta y que me parece que es un gran cantante, me parecía que en esta canción su voz iba a quedar perfecta, porque sentía que además tiene voz porteña también. Me lo imaginaba y quedó bárbaro. Lo simbólico tiene que ver con eso, con que es una especie de capitán de un movimiento, yo le doy la cinta a Pablo.

- ¿Se lo dijiste?

- No, no se lo dije, se lo tendría que decir.

- Quizás no la quiera la cinta [risas].

- No la quiere. Pero lo digo sin sobredimensionarlo. Los cantautores de mi generación crecimos juntos, post cromañón cada uno hizo lo suyo a su manera y cada uno es sumamente especial en su forma. Futuro es un disco que tiene un sentido, tiene un territorio, tiene una razón de ser y tiene en su integridad una declaración de principios, no solo por las letras sino por ser música argentina y por ser un disco anacrónico y atemporal. Y creo que Pablo es lo viene haciendo desde hace un montón de tiempo con el trío de Guitarras del Tiempo, con la Música de Salón. Me parece que es un tipo que...

-Investigó ese sonido...

- Investigó e innovó también. Me acuerdo que un día de lluvia, horrible, estaba en casa escuchando el tema este y dije: "Uy, acá sería re lindo que cante Dacal". Me respondió al toque y me puso contento ese día.

- ¿Lo grabó en su casa?

- Sí.

- Me gusta cómo termina, casi abrupto.

- Prrrran [hace el ruido con la boca]. Y también toca Hernán Jacinto en ese tema, el músico número uno de nuestro país para mí. Lo que toca es increíble. Lo grabó casi de una toma.

- Hay más invitados en el disco. Está Onda Vaga en Libertad.

- Sí. Otro gustazo, otro lujazo. Tengo mucha relación con los Onda Vaga porque a varios de ellos los conozco desde la adolescencia, y tengo una relación de mucha admiración.

- ¿En la adolescencia ya se dedicaban todos a la música?

- Sí, 15 o 16 años. Marce [Blanco] y Nacho [Rodriguez] tenían ya una banda con otro amigo mío, Manuel Toyos. La primera banda de pibes de mi edad que ví en mi vida fue esa. Pepe trueno se llamaba. O sea, imaginate, hace un montón los pibes tenía esa bandera. Después hicieron Doris y en la época de Doris yo me los crucé. Teníamos una relación de buena onda y cercanía por amigos en común, pero bueno, cuando los crucé en ese viaje a mí me re impactó escuchar el disco de ellos masterizado que aún no lo habían sacado. Era el primer disco y estaba buenísimo, pero a la vez era decir: "Guau, son pibes de mi edad, están haciendo un disco, tienen una banda y yo tengo estas canciones". Yo estudiaba música y no sabía... Después de ese viaje yo llegué y me puse a grabar. Y después me pasó que cuando armaron Onda Vaga y tuvieron un éxito repentino tuve muchos años de envidia. No envidia buena, envidia mala. Envidiar en secreto ese estallido y sentir en un lugar estúpido mío por qué no me estaba pasando a mí. Y en un punto, si bien yo reconocía que los temás estaban buenísimos, había algo que no me dejaba disfrutar. Con Onda Vaga pasa mucho ese prejuicio de decir: "Ah tocan para las minitas de Palermo". Entonces, creo que en un lugar interior mío guardaba ese rencor hacia el que la pega. A Lisandro [Aristimuño] creo que también lo castigan por eso, por haber tenido éxito. Por suerte ya crecí y toda esa envidia se transformó en amor, no queda ni cenizas de eso. Y me acuerdo del día en que los fui a ver al Luna Park. Fui medio descreído y se me cayó la cara, entendí todo. Me emocioné en ese concierto porque entendí la magia de Onda Vaga: era que ellos habían aprendido a cantar los cinco juntos, ninguno quería sobresalir, armaron una voz y los temas son todos himnos que llegan al corazón, son temazos. Son unos genios totales. Creo que con los años tengo una relación muy buena de amistad. Si bien no nos vemos seguido, cada vez que nos cruzamos siempre hay muy buena onda. Y también me siento respetado y querido por ellos a nivel musical.

- Te iba a decir eso...

- Tomi [Justo Gaggero] y Marcos [Orellana] son muy fanas del primer disco mío, de El disco del Gnomo. Siempre me hablan de ese disco. Y la verdad es que no se me había ocurrido grabar con todos los Onda Vaga, fue algo que se fue dando. Primero lo llamé a Tomi y después pensé: "Estaría bueno que acá también esté Marcos". Y los dos cantaron. Y a los dos días escuché las voces de ellos dos y dije: "No, acá tienen que estar todos", y faltaban tres días para mezclar ese tema. Los llamé a los otros tres y les dije: "¿Che, pueden grabar mañana?". Y me dijeron que sí, y fui al estudio. Ellos estaban grabando su disco y pararon para grabar lo mío, que fue poco tiempo, dos horas, pero se tomaron el tiempo de hacerlo, un gran gesto. Eso es amor, boludo. Todo lo que yo sentía era inmadurez propia, ahora siento admiración total. Tienen el éxito que tienen porque son buenísimas las canciones y porque son populares, son una banda de música popular que inventó ese color de voz que es cantar los cincos. Yo en el Luna Park entendí que era por eso, lo inventaron ellos, todo el tiempo son una voz.

- ¿Cuesta entender que el lugar de uno no es llenar un Luna Park?

- Está bueno que digas eso, porque lo entendí. Cuando uno puede soltar esa envidia, ese resentimiento de querer estar en un lugar que no le toca, puede ver al otro como es y verse uno como es. Y disfrutar de lo que uno hace con amor, bancarlo y defenderlo.

- Por otro lado está bueno que ellos llenen el Luna Park porque esas cosas te tocan o no te tocan, no hay meritocracia ahí, no hay alguien que merece más que otro, te sucede... Y es difícil entender eso.

- Sí. Es algo que es importante de hablar y reflexionar. A mí me costó un montón de tiempo de mi vida, años, dejar de darle importancia a eso. En el fondo es como decíamos antes: desvalorización de uno mismo. No ver que lo que uno hace es valioso y original , y que a mucha gente le puede tocar desde otro lugar.

- ¿En serio soñaste con la canción Pajaritos?

- No. Sí me ha pasado con otras, pero con esta no.

- ¿De despertarte y copiarla?

-Sí.

-¿Cuál?

-Asesinos. Fue la semana de la desaparición de Santiago. Yo estaba muy angustiado y a los dos días me desperté con esa palabra casi como en un grito, diciendo asesinos, asesinos,asesinos,asesinos. Y esa canción es eso. Me desperté como a las tres de la mañana, agarré la guitarra y me puse a tocar como para darle un curso a toda esa angustia. Hice un boceto y después a los días me puse a grabar. Lo convoqué a Alfonso Barbieri y grabó teclados.

- Hablemos de Vida de sueños. Ahí cantás en falsete.

- Sí.

- ¿Lo habías hecho antes?

- No. Esa canción surgió en falsete con el charango, tenía el boceto. ¿Sabés que me dí cuenta escuchándola hace poco cuando escuché el master? Que hay cosas que son recurrentes en las canciones de este disco, en las letras. En la canción digo: "Ella baila libertad". Iba a decir: "Ella baila en libertad". Es como que vuelve un poco a la canción Libertad. Y también hay algo que aparece que me lleva a Ánima. "La muerte estrellará tu vida de sueños ganados, perdidos". Y en Ánima hablo de esa situación de la codicia, de querer ganar frente a los demás, de cómo opera el capitalismo sobre nuestro modos de relacionarnos y con nosotros mismo: "El tiempo que no usas / lo que querés ganar / te hace ver en tu contra / no importa lo que no hay, no hay nada que hacer". Como tener ese refugio con uno mismo. Y Vida de sueños retoma un poco eso.

- ¿Hay alguna que haya salido después del accidente o haga referencia a eso?

- Sí, Vida de sueños y Pajaritos hacen un poco de referencia. Lo de "la muerte estrellará", cuando dice: "Así me alejo de la muerte" es por eso.

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