"Los temas no son todo, los temas son un porcentaje" - Lucas Marti y Lara Pedrosa presentan Igualdad


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Programa N° 647. Nos visitaron Lucas Martí y Lara Pedrosa para hablar sobre su nuevo disco conjunto Igualdad, que presentarán este sábado en la Usina del Arte.

Hay un recorrido que vale la pena tener en cuenta antes de escuchar la conversación: hace largo tiempo que paralelamente a sus discos solistas Martí viene escribiendo canciones que después serán cantadas por otros, si bien las riendas de las producciones nunca las suelta. El primer paso (algo tímido) fue la producción de los discos solistas de Migue García, donde un alto porcentaje de esas canciones llevaban su sello. Después vino el proyecto Varías Artistas, que abarcó tres discos (Papá, Se puede y Presión Social) donde se puede escuchar a más de veinte voces femeninas distintas dándole vida a las historias más diversas. Finalmente el flamante Igualdad que prescinde de la variedad de timbres y registros femeninos de VA para concentrarse (y asociarse) en la voz de Lara Pedrosa y su modo fantasmagórico, liviano y nada desapercibido de habitar la canción. Es como si en cada línea donde aparece cantando ella pudiera rozarnos con su aliento.

Lo descargan ACÁ y lo escuchan por radiocut. La desgrabación abajo.

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- ¿De dónde viene el vínculo con Lara?

Lucas Martí: Viste que las cosas siempre vienen por varios lados, se terminan uniendo en un algún momento y ahí terminás tomando la decisión. Pero en realidad me tengo que remontar tiempo atrás. Yo a Lara la conozco por su participáción como miembro de No lo soporto, en los 2000. La conocía como conocés a un par, pero nunca había hecho nada con ella. Hacia el final de Varias Artistas, cuando estábamos haciendo el último disco (ya lo teníamos bastante avanzado), Ezequiel Kronenberg me dijo: "¿Por qué no le decimos a Lara?". Muchas veces Kronenberg me tiró luz sobre cosas que yo no terminaba de ver. Y ahí pensé en Lara. Pero la verdad es que no teníamos un tema que yo sintiese que podía estar. Y paralelamente me puse a escuchar la música de ella y me encantó lo que estaba haciendo, me encantó su voz. Este disco, que es bastante más pop que la música que vengo haciendo como solista, también tiene que ver con otra situación que es que con Yuliano Acri estábamos empezando a hacer un nuevo disco de Alta Gama - que quedó frustrado- y con las ganas de hacer algo pop se me cruzó Lara por la cabeza. Yo tenía algunas canciones que tenía y le dije: "¿Te copa participar en un disco de una manera importante?". Al punto de que para mí se terminó transformando en un dúo.

- A pesar de que las composiciones son tuyas.

LM: Los temas son míos. Muchas veces pasa que los temas no son todo, los temas son un porcentaje. Cuando era más chico yo pensaba que eran todo, que si estaban buenos está todo, y después empecé a cambiar esa idea. Me parece que un tema puede ser, en mi concepción de la música, un 75 por ciento del edificio. Después está la producción y la impronta de cada persona haciendo lo que hace. Una voz ocupa mucho en un disco, más una voz tan personal como la de Lara y en el plano en que yo la puse. Por la manera en que está en el disco termina siendo un disco de los dos. Hace un par de años me pasó lo mismo cuando yo hice el disco con Darío [Jalfin]. Él lo tuvo que pensar.

- Porque era un disco de piano y voz.

LM: Los temas eran míos, pero él hizo todos los arreglos. Hay un montón de él; finalmente él aceptó. Así que así surge el disco con Lara, que se parece mucho a Se puede, el disco de Varias Artistas. Está hecho de la misma manera. Es un disco donde todo está programado y donde yo hice una traducción de lo que tocaba con la guitarra pasándolo a guitarras sampleadas. Termina siendo un trabajo muy artesanal, muy orgánico, pero electrónico. Tuvo diferentes momentos, estuve trabajando mucho solo en el estudio con las máquinas. Yo tengo ahí un par de herramientas que son las que uso siempre que quiero hacer algo así, en esa línea.

- ¿Cuáles son?

LM: Uso una batería electrónica AKI MP60, que es como si tuvieses una súper máquina de escribir vieja pero increíble. Justo recién venía escuchando un disco de hip hop de Dr Dre, que es uno de los productores más grandes de hip hop, y él es uno de los artistas consagrados que más ha usado MP60 e hizo todo un culto de eso. Acá en Argentina Cerati también la usó mucho. Amor amarillo está hecho con ese aparato, por ejemplo. Hay un show muy bueno en la radio donde él hace un set. Y bueno, esa es la madre del disco, el 80 por ciento. El resto lo hice con otros teclados y computadoras también.

- Y las guitarras que se escuchan son sampleadas, no están tocadas.

LM: Yo sampleo notas de guitarra y después armo en la computadoras - por MIDI o programándolo- lo mismo que toco con la guitarra pero con sonidos sampleados, entonces queda algo muy extraño. Vos lo escuchás y es como una guitarra pero no termina de ser una guitarra, y a la vez tiene la misma dinámica que una guitarra porque yo copio lo que toco. Escucho los demos y copio exactamente lo mismo que toco. Es un trabajo que lleva mucho tiempo y a la vez cada nota que vas poniendo ya está plasmada. Yo no toco teclados, odio tocar teclados... el bajo también. Son isntrumentos que me encanta programarlos, me encanta escribirlos, pensarlos... pero no me gusta tocarlos. Con el teclado me pasa eso. Los escribo. Si tengo que tocar pere verevereverevere vere [canta]...no sé, eso puedo estar un rato largo hasta tocarlo. En cambio, lo escribo. Lleva su tiempo pero queda.

- ¿Eso le da una dureza, una rigidez en la escucha?

LM: Sí. Todo tiene una rigidez. Yo mantuve desde que soy chico, en paralelo, dos maneras de trabajar: una es con los instrumentos convencionales, una banda; y la otra es este costado que empecé a desarrollar porque tuve suerte de que en casa habían algunos instrumentos electrónicos, entonces de chico empecé a trabajar mucho con teclados.Tenía un workstation, un teclado en el que podías hacer una canción con batería, con bajo, con arreglos...Entonces, esas dos facetas siempre estuvieron. Esta fue una más de ellas. Hubo también todo un trabajo previo porque yo sabía que el disco iba a estar repartido entre dos voces y a veces una tercera a la que le digo pitufo chamuscado.

- Ah sí, que es tu voz con un efecto.

LM: Exacto. Y la idea era que el disco estuvieses muy repartido, entonces hubo todo un trabajo previo primero con los demos, solo con la guitarra, de ver las tonalidades y definir eso. Y una ez que seleccioné temas empezar a producirlos. Me divertí mucho y también sentía que había llegado a un límite esta idea de... No sé si a ustedes les parece que tiene algo parecido a Se puede en cuanto a la producción, pero para mí es un poco la misma fórmula. Siento que es un poco un cierre de ese tipo de producciones.

- En esta época, con las características del momento argentino y mundial, vos salís con un disco que se llama Igualdad. No es inocente eso, ¿o sí? Están estrechadas las manos de Lara y tuyas en la tapa. ¿Sintonizaste con algo o fue de casualidad?

LM: Más que nada sintonicé con la canción. La canción habla de la igualdad dentro de un mismo género, de dos chicas que son novias. Básicamente habla de que cuando uno esté en el piso, el otro va a estar arriba y que mutuamente se pueden rescatar en situaciones complejas. Más que nada habla de eso que de una igualdad entre hombre y mujer. Yo hice foco en esa canción.

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Lara llega un rato más tarde. Ingresa al estudio mientras escuchamos la canción Igualdad. Le preguntamos lo que significó ser convocada por Lucas para un disco que firman los dos: "Un honor", nos dijo. "Es un artista que admiro muchísimo, él lo sabe".

- ¿Cómo fue para vos el proceso de ir conociendo las canciones y pensar cómo intervenir en ellas?

Lara Pedrosa: Trabajar con él en este proyecto fue por un lado un placer total. Él es una persona muy práctica, por lo menos en comparación conmigo que doy vueltas y me concentro en detalles que al final no tienen relevancia. En cambio él es muy práctico, resuelve de una manera muy genial. 

- ¿Cuál fue la priemra canción que te mostró?

LP: [Lo mira a Lucas] ¿Cuando te hablo de los otros?

LM: No, yo creo que fue una que no está en el disco. Y los primeros fueron "Cuando quieras verme..." [lo canta]. Lo que pasó es que yo te había mostrado temas pensando en hacer algo más tranqui y después dije: "No, acá falta...". Y ahí empecé a sumar temas con potencial más de hit entre comillas, más power

LP: Hubo dos etapas: una fue la grabación de demos como primer acercamiento a las canciones, y la segunda fue la grabación definitiva del disco. A los demos llegué muy cómoda, no me hizo trabajar en mi casa [risas]. Me iba mostrando las canciones y la íbamos grabando por partes, cada estrofa, cada estribillo. Las melodías no son las típicas melodías. Lucas tiene una manera de componer muy original, muy de él, y muchas veces el primer encuentro con eso es difícil de recordar, pero después, una vez que te metés en el universo de ese tema, se vuelve algo muy hermoso e inolvidable. Así que sí trabajamos. Y una vez con las canciones sabidas, Lucas se puso a producir toda la parte de lo que es la música. Con sus voces ya cercanas a lo que iba a ser definitivo fui a grabar mis voces definitivas. Fue un desafío para mí porque a veces es difícil soltar el control. A Lucas le tengo mucho respeto. Por un lado, me propuse tirarme y que él haga. Era un riego entre comillas, porque había mucho criterio. También estuvo Guille Mandrafina, un tipo talentosísimo, entonces hubo mucho cuidado. Y como a mí me gusta el resultado final de lo que Lucas hace decidí -entre comillas- no romper las bolas. A veces es mejor confiar. Y descubrí que está bueno encomendarse en manos de quien confiás, te genera la sensación de que puede hacer algo bueno con tu materia prima.

"Descubrí que está bueno encomendarse en manos de quien confiás, te genera la sensación de que puede hacer algo bueno con tu materia prima" (Lara)

- Hay algo que no es menor: Lucas viene escribiendo canciones que son cantadas por otros. Migue García fue lo primero. Después está el proyecto de VA, que son muchas canciones cantadas por distintas artistas a lo largo de tres discos, pero lo novedoso es que este disco parece compuesto para que tu voz sea la voz donde se resume todo eso.

LP: Sí, creo que Lucas me contó que él en un momento se había juntado a componer con una de las chicas de VA...

LM: ... me había olvidado...

LP: ... y él estaba escuchando un tema mío que se llama El bosque del recuerdo -que va a estar en mi próximo disco- y le había gustado mucho. Y fue medio empapado de eso a la sesión y no tenía nada que ver con esa cantante, entonces lo guardó y ahí surgió la idea de hacer algo.

LM: Sí, la idea surgió de varias cosas y también de eso que cuenta ella. Como dije, a Lara la conozco desde que era chiquitita y tocaba el bajo en No lo soporto. Una de las cosas que a mí me caracteriza a lo largo de los años es que yo siempre elegí desafíos, cosas que me quedaron un poco incómodas. Y Lara para mí era un desafío. Yo siempre le digo que tiene una personalidad muy fuerte, es una chica que te mira y quedás muy... es brava [risas]. De verdad. Yo dije: "Me voy a meter acá porque no es fácil para mí". Me daba cuenta que ella tenía otro encare a la hora de producir. Yo laburo rápido, muy concreto. Yo no sé si es bueno, pero considero que laburo al 80 por ciento, mis discos quedan al 80. Ya la caché a ella y es de las que está tres años con una cosa, labura al 100 por 100, una idea la va a cerrar. Yo sabía que eso también era un desafío. Estábamos grabando una cosa y yo le decía: "Ya está". Y ella: "No, vamos de nuevo". Eran un montón de cosas que no eran fáciles. Por ahí, a veces laburás con otras personas con las que volás, pero tampoco pasa mucho, ¿no? Ella me parecía interesante desde hace mucho tiempo y a la vez me intimidaba un poco, y me parecía un nuevo desafío.

- ¿Intimidás a la hora de laburar Lara?

LP: Debe ser, porque recibo mucho ese tipo de cometario. Sé que puedo dar una imagen rígida, tengo una mirada fuerte, eso puede confundir. También fui cambiando. Ahora, en este disco mío que estoy por lanzar, trabajé con Tweety Gonzáles, entonces me tuve que ajustar a tiempos de él. Por esa razón el disco tomó dos años y en ese tiempo me empezó a pasar que me empecé a sentir un poco más desprendida del proyecto, porque no podía avanzar a mi ritmo. Y eso me hizo llegar a esta instancia con un nivel de relax nuevo para mí. Está bueno sacarle un poco de peso y que no se te juegue la vida en un disco, en un tema, en un single o en un proyecto; sino que sea algo que disfrutás, que lo mostrás, que lo compartís y que es permeable. Eso lo aprendí ahora.

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