"No me llevo bien con el snobismo" - Alfonso Barbieri presenta Te odio

Alfonso Barbieri es músico y artista plástico. Viene diciendo desde hace años en sus canciones, en entrevistas y a quien lo quiera escuchar que hay que salir de la zona de confort. Hace un tiempo charlamos en la radio en exclusiva sobre su nuevo disco Te odio. Este sábado a las 21.30 en Rosetti hay concierto y una exposición de su trabajo.   

 

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Alfonso cree que comunicarse es provocar. Y por eso cada conversación con él se vuelve un acontecimiento intenso que lleva a jugar sin red. Que a veces discutimos en la neblina y sin punto de referencia no es una novedad; Alfonso es parte de la neblina y por eso tira flechas en distintas direcciones, pero no (tan) inocentemente, no a la bartola. Pone todo.

Yo tengo para mí que él fue el primer músico en poner en circulación un estado de ánimo cuando el macrismo ganó las elecciones de 2015. Rápido de reflejos -o tan atragantado que no podía hacer otra cosa que escupir- en febrero de 2016 editó Te amo (Tontos enanos amarillos matando osos), el primer disco de una trilogía que siguió con Fermona y que ahora se cierra con Te odio (Tus oídos dicen influenciar océanos) . "Es que me atravesó - nos dijo en referencia a aquel 2015. Ganaron ellos". 

Unos años después y con el tríptico ya cerrado se empiezan a aclarar algunas cuestiones: "Por supuesto Te odio habla del amor, es el tema central. En la trilogía Te amo es pelea y Te odio es amor, ese es el chiste".

Los puntos de contacto entre los tres discos saltan al oído. Uno de los momentos altos de esta última entrega es esa zona de reposo que se empieza a dibujar con una composición casi instrumental titulada Pájaros y risas.  Ahí está el pintor tirando todo sobre la tela y distribuyendo colores -sonidos en este caso- como si le bajara de algún lado, como extasiado, como administrando el caos que viene de afuera. Hay violín, colchones de teclados, un bajo insistidor que martilla y se sostiene, pajaritos, silbidos y un poema leído en francés por Nicolás Rubió, un pintor catalán que además es una especie de abuelo para Alfonso. "Aprendí muchísimo de él", reconoce. "Él laburó con recortes de papel, una técnica que he usado en mis obras plásticas". Lo que lee Rubió es una frase que dice: 'Lo que se concibe bien se enuncia claramente. Y las palabras para decirlo acuden normalmente'.

"Ese tema lo tenía hace tiempo. El resto de los temas los hice en un mes, me encerré en diciembre de 2017. Digo me encerré porque me encerré en mi casa, los compuse y grabé todo. Estaba medio mal... ¿Viste que los tres discos te digo que estaba medio mal? ¡La puta madre, boludo! Bueno, es así, qué se yo".

Al aire fuimos escuchando La visión de los monos, Amor y política (con gran letra de Manuel Onis), Alegre mal, Hay algo en el agua y de repente apareció Los planetas no tienen la culpa: "Extraño a Eva Perón / verticalismo, comercio exterior / las bandas tocan, llenan un lugar / todos los temas la misma canción / pronuncian erres como un calamar / pero la tinta se les terminó / un himno entero a la corrección, perteneciendo a la nada de hoy".

Nos detuvimos un rato ahí. Así fue el diálogo sobre la pronunciación de las erres:

- No sé qué pasa con la ershes, me pone muy nervioso.

- ¿Tampoco es tan porteño o sí?

- No sé de dónde sale.

- ¿Cuando decís calamar estás pensando en Calamaro?

- Absolutamente, es Calamaro.

- Entonces sí es porteño [risas].

- Pero en él no me molesta, qué sé yo.

- Yo detecto un Córdoba también, un modo de cantar con ese modo de pronunciar la erre.

- Totalmente, sí.

- Hasta te diría que empezó a correrse hacia el lado oeste del país...

- Mend...

- Los mendocinos, ¿no?

- Claro, sí. A mí me hace ruido hablar todo así, err. Y lo de la tinta que se terminó...bueno, estoy siendo un poquito malo con la literatura de algunos que escriben música.

- ¿Te preocupa que se pongan en una zona de confort musical pero también letrístico?

- Mucho. Y eso me ha obsesionado un poco más que lo musical. Porque por ahí un acorde solo y una poesía del carajo... y no digo que tenga que ser elevadísimo, sino... ¡qué fácil, loco! Esto sí lo hablamos hace mucho tiempo: el sur, el viento, ¿te acordás?

- Sí me acuerdo.

- Ya está... el árbol... No sé, hay tanto vocabulario, tanto por investigar, tanto diccionario...

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Algo empezó a pasar unos días después de nuestra charla cuando entró en circulación la canción Te melancólico de resaca con parientes. Una nota publicada por el suplemento Vos de La voz de Córdoba movió el avispero cuando detectó que en la letra se menciona a Simón Poxyrán. No es una canción contra Simón, pero todo lo que la rodeó (sus interpretaciones externas) terminó por llevar las cosas hacia un lugar de aparente no retorno. El menos interesante, también. Lo que podría haber sido una oportunidad para discutir estéticas, actualidad de la canción, federalismo, movidas de otras provincias que están haciendo pie en Buenos Aires, se desperdició.  

Mejor escuchar la charla completa para pensar un poco más e indignarse menos, gesto tan propio de estos tiempos. El recorrido es este: el macrismo / los cantitos que empezaron en las canchas y se viralizaron por todos lados / el movimiento feminista / ser o no artista / la mirada de los otros y las estéticas que circulan por fuera / el snobismo en el arte / lo lavado / la comodidad / mover el avispero / Nahuel Briones / la tensión / tocar contratado por el gobierno que critica.

La descarga de la charla para escuchar ACÁ

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Artista. "Yo no me siento una artista. Eso lo tiene que decir el que consuma lo que yo hago. No me gusta la palabra artista, no me gusta decir que yo soy un artista. No me gusta. Si me dicen: 'Vos sos un artista', digo muchas gracias. Pero hay algo del concepto que no me gusta, es como una elite (...) Tengo una obsesión desde muy chiquito. Yo no estudié un carajo, me echaron de la secundaria, un desastre todo. Y la escuela fueron mis viejos, mis hermanos, y ellos me decían 'hacer obra', plástica o musical pero dedicarle a eso, ser un estudioso de eso. Y se volvió una especie de obsesión buena". 

Las modas. "Tengo cierta contradicción de amor-odio con las modas. Hay cosas que se ponen de moda que me parece hermosísimo que logren ese lugar. Pero por otro lado tiene un lado oscuro eso. Y no quisiera que eso que se pone de moda se quede en ese lugar por comodidad. Por ejemplo, una banda que logra trascendenscia y vos ves su segundo disco, el cuarto y siguen haciendo la misma canción, y me da la sensación que se duermen en ese lugar. A mí eso me molesta, pero no soy ejemplo de nada.... y menos de marketing [risas]".

El snobismo en el arte. "No me llevo bien con el snobismo. La discusión de Duchamps y el mingitorio fue hace un montón. Él tenía otras ideas y se reía. Y estaba rompiendo cierto sistema". 

El confort. "Hoy todos pueden grabar en su casa, está genial que suceda eso eso. Pero falta más escucha, más autocrítica, pelearse con uno. Hay cierta parte del confort del mundo de hoy, de los likes, que pareciera que hago un tema y no lo defiendo. Eso es político. Ahí es donde se empieza a caer. Me imagino dentro de 20 años cuando se hable de lo que pasó en esta década del siglo XXI argentino y hay tanto para analizar, tanto para poner en valor que... no sé, me parece que se pierden las cosas, ir más al choque, jugárselá, ¿viste? Es un lugar cómodo donde algunos se quedan".

¿Sos un lector crítico de tu propia obra? "Sí, yo me odio constantemente". 

"¿Viste que se dice que no hay referentes como Spinetta y Charly? Yo creo que hay un montón y están repartidos por todos lados y eso es muy positivo".

Nahuel Briones. "Hay un pibe que hace tiempo que conozco, de hecho hemos discutido alguna vez por política. Es interesante todo el planteo que está haciendo. A veces me dan ganas de matarlo, pero es buenísimo. Nahuel Briones se llama. ¿Sabés qué? Me irrita y me agrada a la vez, y eso me parece hermoso. Está en construcción, es un ser muy creativo, muy inteligente, muy audaz y además es de otra generación. Yo tengo 20 años más que él, creo. Y está bueno ver a alguien de esa edad plantándose en algunos lugares. A veces me dan ganas de escribirle en privado o llamarlo y decirle: 'Dale Nahuel, no publiques tanta pavada, es buenísimo lo que hacés...'. Pero bueno, no sé, uno a veces se pone medio pelotudo también. Y está bueno que mate a los padres (...) Yo extrañaba un cantautor de mi generación que se ponga en ese lugar".

El verticalismo. "Eva Perón,Charly, Maradona,obediencia. Son gente que admiramos y queremos un montón, pero me parece que nuestra generación y la que viene, donde incluyo a Nahuel y varios de los que están... es interesante que son personas con mucho ego pero también miran a su alrededor, a sus compañeros, a la escena, no son despectivos. Es una construcción distinta que viene pasando hace rato y me gusta eso. ¿Viste que se dice que no hay referentes como Spinetta y Charly? Yo creo que hay un montón y están repartidos por todos lados y eso es muy positivo".

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