Dani Pérez: "Un cancha de 50 mil personas no se llena solo con plata, porque si es así saco un crédito y listo, dejo de renegar"


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Programa N° 668. Dani Pérez es quien mueve los hilos detrás de Sucesores de la bestia, una banda con base de operaciones en Rosario que tiene 22 años de historia y que acaba de editar 4.59 AM Club, el disco que llega después de ocho años de silencio y que presenta este sábado 17 en el Teatro Monteviejo (Lavalle 3177) en el marco del Festival Psicophonico (suspendido por clausura del lugar). Mencionamos lo del silencio no porque su compositor haya estado inactivo, más bien todo lo contrario: es que se diversificó.

Si tuviéramos que ir al hueso deberíamos decir que hay un centro neurálgico en el disco y es ese momento exacto, un minuto antes de las 5 de la mañana, en que la noche está por dar vuelta la página y les humanes y sus conductas saltan por encima de cualquier norma poniendo en riesgo todo: vínculos, amores, prestigio, etc. Mucho tuvo que ver en esto que describimos el trabajo de Pérez como DJ, que le permitió observar con detenimiento los comportamientos de las personas. "Siempre me interesó la nocturnidad como un momento de más animalidad, si se quiere. Algunas convenciones se dejan de lado y pasan otras cosas, y se puede perder todo en un minuto", describe.

Para explicarlo mejor, se apoya en dos citas: una de Freddy Mercuri en Under presure ("El amor te desafía a que te importe esa gente en el filo de la noche"); y otra de Norman Mailer ("Hay una tierra de nadie entre el sexo y el amor, y eso se define durante la noche"). "Todo el disco habla de ese minuto", resume.

En nuestro último programa charlamos largo con Dani. Fue una buena oportunidad para prestar atención al trabajo sobre el sonido que hay en 4.59 AM Club y para hablar de la recurrencia del amor en sus letras. ¿El artista inspirado en su musa? "Antes yo pensaba la idea del artista iluminado por su musa, inspirado. Y me di cuenta de que no, que todas esas experiencias fueron puestas en mí por toda la gente que me quiso y me amó, y que intervino de una manera que permitió que yo traduzca poéticamente en una canción de tres munutos esa experiencia", dice.

Es interesante la manera en que Pérez piensa su lugar. Viviendo aún en Rosario, es alguien que ha sabido reconvertirse y que ha sacado el hocico más allá de la música sin creer que por eso sea alguien especial. Quizás haya que pensar en él ya no como un músico o productor, sino como alguien que asume una vida artística. "Me gusta que la obra sea el artista, no la música", reflexiona. "En todos lados es difícil, pero en Rosario es difícil porque es una ciudad que tiene un techo muy bajo y no mucha gente consume música local. Mientras hacía 4.59 y me comía la ansiedad, entendí que al fin y al cabo todas las cosas que voy haciendo son parte de mi obra, no solamente hacer los discos. Poner música una noche es parte de mi obra, vender un pedal de guitarra es parte de mi obra, mi disco solista también... Todo lo que uno arma es con la idea de ser uno la obra. A veces la música no es lo principal y entrás por otros lados. Poner música en una fiesta para gente más joven hizo que me vuelva vigente para esa gente y a través de eso conozcan mi música. Uno tiene que ser rmás estratégico y poder pivotear y suspender un poco el ego. A veces me pasaba tocar en fiestas para 1000 personas pasando música y a media cuadra tocar con mi banda y que vengan 100. No tengo que enojarme, tengo que ver cómo hago para que de esas 1000, aunque sea 200 vayan a verme al proximo show y sepan que no soy solo un DJ y que también hago música".

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En tiempos donde se habla (con razón) de la manipulación que ejercen los medios sobre nuestras vidas y nuestros gustos, él pone todo el acento en la voluntad del artista de trascender, sin desconocer la maquinaria que alimenta la fábrica de ídolos. "No hay 5 mil boludos viendo algo, por algo van. Más allá de la plata que pongan en promoción (que eso está y se ayuda a algunos y a otros no), al artista que está ahí van a verlo. Vos podés poner mucha plata que si el artista no tiene algo la gente no va a verlo, no es idiota".

Y agrega: "Un cancha de 50 mil personas no se llena solo con plata, porque si es así saco un crédito y listo, dejo de renegar. Y con la guita que saco de la cancha pago el crédito. Lo que pasa es que para los músicos es más fácil pensar que la responsabilidad está afuera y no en uno. Mucha gente del indie termina renegando del popular porque no le toca un pedazo de esa popularidad.  Yo creo que nadie negaria eso si le tocase, nadie diría: 'No quiero meter 5 mil'. Renegar contra eso es un pérdida de energía. También tengo que aceptar que yo no hago concesiones: hago y digo lo que quiero. Y ya publiqué 8 discos así. Es el precio que tengo que pagar en un algun punto, ¿no?".

La entrevista la escuchan completa abajo y la descargan ACÁ.

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