"La música por sí sola tiene la capacidad de cambiarte la forma de pensar" - Juega el Loco presenta 'Se cancela todo'



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¿Se imaginan a Stockhausen tocando un cover de Flema en un theremin? Juega el Loco inmortalizó esa escena en la canción que compuso Sato Valiente como cortina del programa de tele del Pacha y que después usó para abrir el flamante Se cancela todo. Es apenas una imagen, pero a la vez es un botón de muestra de la materia con que están hechas las canciones de Juega el Loco: la imaginación al poder. 

Sato (guitarra acústica y voz), Guil Astobiza (ukeléctrico y sampler), Diego Rodríguez (contrabajo), Martín Sánchez (contrabajo) e Ivo Ferrer (batería) editaron este nuevo disco el último día de 2018. Son ocho canciones condensadas en 22 minutos de música que piden ser escuchadas en loop hasta captar las texturas que están dialogando, los guiños, las imágenes y los juegos rítmicos (prueben con el comienzo de A.C.A).

En su visita a nuestro programa junto a Guil e Ivo, Sato nos habló del "desarrollo tímbrico" que trae esta nueva propuesta, profundizando el ya desplegado en el disco anterior (Esto no es Juega el Loco, 2015). Se refiere a la aparición del contrabajo acústico (también tocado con arco) o a la incorporación de un sampler "de autor" que les permitió sumar sonidos registrados por ellos mismos, por caso el de las campanas de la estación Paternal de tren o el de un lavarropas a punto de pasar a mejor vida: "Había un momento del lavado que tiraba unas frecuencias rarísimas", relata. Lo que hicieron fue grabar eso, afinarlo y utilizarlo en piezas como Ur-El

Esto nos llevó a hablar de la "obsolescencia programada", una frase que aparece en Demasiados días hábiles.  Ese concepto trama el disco de manera tímida y subterránea. Las cosas están programadas para dejar de funcionar y aún cuando uno quiera arreglarlas se vuelven a romper ("La pude arreglar pero enseguida se volvió a romper"). ¿Cómo se convive con eso y con un sistema que para incluir gente dentro del mercado de trabajo tiene que producir más y más, pero que cuando no produce expulsa a parte enorme de la población a la pobreza desesperante? Menudo problema que nos pone contra la pared (o contra la tranquera). Sin embargo, el punto de Juega el Loco no parece estar puesto en cómo trabar la rueda de la producción, sino en cómo combatir el consumismo inútil. Por eso advierten: "No te vayas a distraer con las publicidades". 

¿Y la obsolescencia? "La tecnología regula un poco a los artistas. Ese sintetizador lo tira una empresa para que vos uses esos sonidos. Por eso lo que hacemos con Juega el Loco, lo que hace Guil, es usar la tecnología para los sonidos que generemos nosotros, tratamos de luchar contra la obsolescencia de esa forma", reflexiona el cantante.

Con rasgos de manifiesto anti publicitario, Demasiados días hábiles dialoga muy bien con Pirotecnia (una de las mejores del disco) que retrata a una persona "con el corazón en cuarentena" en un campo en las afueras de la ciudad. La canción describe perros que ladran, camionetas sin luces, olor a tierra que viene del speedway y la decisión de quedarse escuchando el ruido de la pirotecnia que llega del afuera. Es la postal de quien se queda al costado del camino mientras la contaminación sonora nos invade por todos lados. Y de repente una frase: "Encerrado al aire libre / y si no te gusta, ahí tenés la tranquera". El mundo como un patio de prisión.

Hay que prestar atención a los videos que acompañan cada canción en YouTube. Son registros fílmicos en Súper 8 tomados por Raúl Arrechea, abuelo de Sato, que era un aficionado y filmaba mucho. Las imágenes son principalmente de la década del 60. Hay una reina de la belleza que circula por el pueblo en un trailer tirado por un tractor, concursos de leñadores, desfiles de granaderos, edificios, el autódromo de Rafaela, etc. "Hicimos hincapié en las cosas obsoletas", remarca Sato.

En la entrevista realizada al aire de Patologías Culturales hablamos de eso y más. "Vos no podés pretender que las cosas sean como antes" (Mi amante de San Luis). Claro que no, pero se las puede evocar. Y ahí estará el disco para recordarlo cada vez que se lo escuche.


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Aquí dejamos el programa completo para escuchar: realizamos un homenaje al Conejo Loco, músico formoseño de otra galaxia que falleció hace pocas semanas. // Informe sobre la situación de las editoriales in the pendiente // Juega el Loco. Presten atención al segmento donde hablamos de ruidismo y sonidos acusmáticos / Pacha TV / Ivo Ferrer y Musiquita en la cocina / la canción que transforma a las personas /  vindicación de Ricardo Iorio / la canción-mercancía.

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Forma de pensar. "Hace unos años vi en el BAFICI un documental sobre Edgard Varése y uno de los que hablaba de él en el documental dice: 'Cambió mi forma de pensar sin usar palabras'. Y a mí me dio vuelta la cabeza esa afirmación, porque la música hace eso. Más allá de que la canción es música y letra, la música por sí sola tiene la capacidad de cambiarte la forma de pensar, de cambiarte las emociones sin usar palabras. Es como una inyección directa al alma. Las canciones que te gustan mucho te marcan y te hacen otra persona, entonces no me parece mal ni demasiado utópico pensar en la música como elemento transformador de la sociedad". (Sato)

Poder. "Las palabras son muy poderosas. El cancionista pone palabras en boca de un montón de gente. A vos te gusta una canción y la cantás". (Ivo)

Responsabilidad I. "Siempre la oreja te tira a tratar de entender qué está se diciendo, entonces me parece que la canción con letra conlleva cierta responsabilidad. Si pensamos en concepciones que se plantean en algunos géneros respecto del rol de la mujer, o la cuestión consumista, debería haber un poco más de atención y de cuidado". (Guil)

Responsabilidad II. "Ojo, que lo que vas a decir realmente le puede llegar a alguien. Lo que vos está diciendo acompañado por una música, puede llegarle a una persona y cambiarle la vida. O sea, tomátelo en serio". (Sato)

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