Mariana Lifschitz presenta 'Primer grado en tres países'


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Programa N° 631. Nos visitó Mariana Lifschitz, directora de Primer grado en tres países, una película que como su título lo indica muestra la experiencia de tres niños y sus madres al comenzar el primer grado en Buenos Aires, Francia y Finlandia al mismo tiempo.

Lo primero que habría que decir es que es un film realizado por una cineasta que es mamá. La pregunta por la educación de los hijos y todo lo que rodea esa decisión familar fue una primera señal de alerta que lanzó a Lifschitz a registrar un proceso en el que aparecen voces de madres, padres, maestras, teóricos y directivos de distintas escuelas. También aparecen los niños quitando peso y dando movimiento a cada plano en el que se cuelan. Todo eso da complejidad a un relato que más que agotar el tema lo abre con franqueza y sin esquivar dudas, miedos y culpas.

"La idea empezó a aflorar en 2012 cuando mi hijo estaba empezando su etapa de escolarización -recuerda Mariana. Nos planteábamos a qué jardín mandarlo y la primera duda que nos surgió fue si público o privado. Entonces, yo sentía que atrás de esa pregunta había algo importante". 

"Hablando con madres y padres de chicos que ya estaban escolarizados me encontraba que mucha gente que se formó en escuela pública y está a favor de la escuela pública, sin embargo mandaba a sus hijos a escuelas privadas. Yo me preguntaba qué tensión social hay detrás de esa contradicción. Eso me movió a investigar".

La casualidad, o los planetas que se alinearon, hicieron que dos amigas de Mariana -una de ellas documentalista- casi al mismo tiempo decidieran emigrar. Caroline Behague es una mamá francesa que vivía en Buenos Aires y volvió a Francia para que su hijo empiece la primaria allí; Agustina Lagomarsino, una argentina casada con un finlandés, se fue a vivir a Helsinki y su hija inició primer grado justo en el país que es puesto como ejemplo cada vez que hay que buscar una referencia de buen funcionamiento de un sistema educativo en el mundo. Mejor coordinación imposible. Que las tres, además, sepan, directa o indirectamente, en qué consistía la educación pública en Argentina, da un piso de reflexión común para cotejar las diferencias y similitudes en las conversaciones que mantienen vía skype.

"Yo quería hablar de la fragmentación del sistema educativo en el ruedo de lo cotidiano y sin teorizar. Aproveché la primera persona del documental para decir qué nos pasaba a nosotros como familia de clase media buscando escuela para nuestros hijos", relata Lifschitz.

En momentos en que la escuela pública es atacada por el gobierno cambiemista (ya sea en la negociación paritaria como en la decisión descarnada de cerrar escuelas por entender que no son redituables), Primer grado en tres países es una buena oportunidad para reflexionar desde un ángulo poco frecuentado en el cine argentino: la mirada de madres y padres que reivindican la educación pública. 

La conversación la descargan ACÁ. En radiocut más abajo.

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La película se puede ver todos los jueves de marzo en el Centro Cultural de la Cooperación / 21.00 hs / Corrientes 1543.


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