"Las verdaderas canciones deben ser para todos, no solamente para aquel que las pueda entender" - Andrés Ruiz entre la imaginación y los pies sobre la tierra


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Uno de los trabajos que más entusiasman a Andrés Ruiz es el de la composición. Se nota porque es un músico inquieto que no para de hacer discos, sea como solista o como partícipe de proyectos que van quedando en el pasado. Pero a la cola de eso viene su performance en vivo. La actuación de Ruiz presentando Víctima de la imaginación el primer sábado de noviembre en Espacio 37 fue sorprendente. Lo acompañaron Bruno Massino y el chueco Eduardo Ferrel. Rodeado de aparatos electrónicos, un plato de batería y un palillo en la mano, su postura de 'me voy a comer a todxs crudxs' mostró a un músico que en vivo dejó la timidez de antaño a un lado y se hizo fuerte en su escénico metro noventa de altura. A la salida del concierto se podía escuchar al colega Alfonso Barbieri decir con admiración: "Andrés parado con el palito en la mano es absolutamente novedoso, no se lo ví hacer a nadie".

Ruiz asumió un tono oscuro- darkie- melancólico. Baila un poco, pero sobre todo maneja la batuta, y los sutiles detalles rítmicos que aporta (cuando aprieta algún botón de su máquina de rítmo o cuando toca el platillo en contadas oportunidades) recuerdan su faceta de baterista. Hiperconcentrado en el canto, su voz se escuchó a la perfección y cada palabra - seria, irónica, desolada- fue soltada con elegancia. Porque el arte de crear imágenes (y tangan presente que las canciones de Ruiz están plagadas de imágenes) también se asienta en el modo en que canta, en esa construcción frágil y fugaz que se da cuando la voz aparece y brinda el armazón para construir un mundo imaginario.

Si para sobrellevar este presente aciago es necesario hacer mejores canciones, mejores disco y tocar cada vez más y mejor -como el propio compositor cree- ahí está Andrés picando en punta.

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"Los artistas tenemos que hacer más arte que nunca"

En nuestro programa N° 623 entrevistamos a Andrés para presentar Víctima de la imaginación, un disco de canciones arropadas en el sonido de sintetizadores a caballo de ritmos electrónicos novedosos para su discografía.

"Desde el momento cero pensé en que quería hacer un disco que fuera facil de llevar al vivo -nos dijo. Para eso fui armando las estructuras de las canciones en la MPC, una caja de ritmos donde podés samplear cosas, armar fases y secuencias, y es muy pequeña y facil de transportar. Yo sabía que quería tocarlo mucho en vivo y muchas veces se hace difícil contar con una banda. Lo ideal es tener baterista, bajista, músicos, pero por una cuestión presupuestaria se complica llevarlo al vivo fuera de la ciudad".

Andrés trabaja de la siguiente manera: cuando se propone hacer un disco empieza a componer una canción por día hasta juntar treinta o cuarenta. Si el disco tiene diez es porque que hay unas cuantas que quedaron afuera, sin contar aquellas compuestas para discos anteriores que están guardadas en el rígido de sus computadora y que en algún momento mostrará. 

"Tenía muy claro que quería que sea una disco de pop electrónico que mantenga mi estilo pero que proponga algunos ritmos que aún no había usado en mis discos anteriores, algo más actual tal vez, por ejemplo algunos guiños al dream pop, al trip hop, sin llegar a ser ninguno de esos estilos. Son ritmos que siempre me gustaorn pero por prejuicios míos no me anmaba a incursionar en eso y con este disco fue un paso importante para dejar los prejuicios de lado", reconoce.

- ¿Y cómo laburatse la alianza entre música y palabra? Porque el trabajo con sintetizadores o con ese sonido que es tan marca registrada, muchas veces puede terminar por inundar hasta el modo y el contenido de lo que se va a decir, como si el género presionara para decir determinadas cosas. ¿Cómo se logra salir de eso?

- Yo a la hora de hacer canciones necesito estar muy seguro de que la canción funciona por sí sola. ¿Qué quiero decir? Que pueda tocarla con una guitarra o con un pianito y ya esté buena, que me guste, que vea que está plasmada la intencionalidad tanto de la letra como de la música. Y después, en un segundo paso de producción, ahí uno incorpora ciertos sonidos y cierto procesos que tienen que ver con el synth pop o la música de teclados con una idea más de electrónica. Pero eso no es más que el cómo, y yo estuve fijándome bastante en el qué. Después vemos como la aggiornamos. En este caso quería hacer un disco más luminoso y más novedoso en las rítmicas y en los sonidos. Ya te digo: todo el sonido, las programaciones, lo que se escucha en el disco, es una segunda instancia; primero tuvo que pasar el filtro del pianito y la guitarra, y si está en el disco es porque se bancó eso. Me dí cuenta de que las verdaderas canciones deben ser para todos, no solamente para aquel que las pueda entender. 

"El pop de los 80s me parece imbatible. Ese estilo y mi forma de componer se entienden muy bien"

La proliferación de imágenes en sus letras es admirable. Su trabajo con la palabra es tan cotidiano como el que hace con la música y ahí están sus dos libros de poesía para reforzar esto que decimos. "En Víctima de la imaginación intenté salirme de la solemnidad de trabajos anteriores y ser un poco más simple en mis palabras. Ese fue un punto importante para la madurez de mi obra entera, me refiero a los 7 discos solistas: poder decir con palabras simples los sentimientos y la sensibilidad propia. Esta idea de ir hacia lo simple sin perder mi personalidad al escribir o al expresar estos sentimientos es un camino que vengo andando desde hace discos y siento que es un gran paso hacia la madurez como artista". 

En la entrevista hay mucho (muchísimo) más, no dejen de escucharla. Fuimos de lo que significa ser víctima de la imaginación a su mirada sobre la actualidad política del país. "Los artistas tenemos que hacer más arte que nunca", nos dijo.

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