"La poesía es otra manera de vivir el tiempo" - Entrevista con Diego Alfaro Palma

Es chileno y vive en Buenos Aires desde hace cuatro años. Lo conocimos hace unas semanas presentando a Raúl Zurita y de allí saltamos a su poesía. Una conversación sobre libros, Chile, la generación de sus padres, la dictadura, las movilizaciones estudiantiles y el desencanto. La descargan ACÁ.



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Programa N° 603. Diego Alfaro Palma es poeta y tiene dos libros editados: Paseantes y Tordo. Nació en Limache (Chile), una ciudad de 30 mil habitantes rodeada de árboles y montañas a mitad de camino entre Valparaíso y Santiago. En 2013 vino a Buenos Aires, quizás algo desencantado por el rumbo que estaban tomando las cosas en su país. "Yo creo que llegué por los libros -nos dijo. Pero me vine un poco harto de Santiago, harto de ciertas cosas que me pasaron. Me tocó vivir un par de años bien fuertes cuando fueron las movilizaciones estudiantiles. Yo fui profesor, trabajé en una villa y me tocó vivir cosas que me hicieron sentir agradecido de mí mismo y de gente que conocí ahí. Pero fue muy fuerte". 

El contexto histórico y un movimiento estudiantil que se levantó para exigir una educación gratuita e inclusiva parecían un buen motivo para estar en el epicentro de Chile, pero -nos dirá- con el tiempo ese verdor se fue licuando. "Veía que no salía nada de ahí. Más allá de los movimientos, la fuerza y todo eso, no sabía para dónde iba eso. Y dije no. Un amigo de Limache que también es escritor, Fernando Correa, me recibió acá y me vine a trabajar en una librería. Y me empecé a quedar".
 
Nosotros llegamos a su poesía de manera indirecta. Lo conocimos hace unas semanas presentando In memorian, el libro que Raúl Zurita editó a través de Audisea y que presentó en la librería La Coop. Allí, Alfaro Palma contó el momento en que se produjo su primer acercamiento a la poesía: iban con su madre y sus hermanos hacia Pucón y desde arriba de un auto vió un cartel que anunciaba una lectura con una palabra que nunca había escuchado: Zurita. "Ese fue una acercamiento bastante impactante para mi", recuerda. "No fue el único, fue uno de los tantos". 

Sus palabras para Zurita resultaron para nosotros un puente a su propia poesía, sobre todo cuando dijo: "Todos los que escribimos en Chile escribimos la historia de nuestras familias, que es la historia de nuestro país, que es la historia de la cordillera, que es la historia del mar".


"Todos los que escribimos en Chile escribimos la historia de nuestras familias, que es la historia de nuestro país, que es la historia de la cordillera, que es la historia del mar". 

Tordo tuvo su edición argentina en 2016 y está escrito en dos partes: una que contiene poemas cortos y medianos; y otra con poemas de largo aliento. "Fue sacarse algo de adentro con mucha dificultad", advierte Alfaro Palma. "La primera parte se tardó tres años escribiendo, desde que estaba en Chile hasta que me vine acá. Editamos esa pequeña plaquetita por el sello que teníamos [NdB: Limache250] y en un momento, a partir de ciertos hechos, apareció un personaje que se llamaba Jeanne y decido escribirle un par de cartas. Finalmente me di cuenta de que no eran cartas, eran poemas. Entonces, fue como hacer una poesía en segunda persona pero mirándome a mí mismo, siendo lo más certero con lo que me había pasado, por dónde había ido, qué me había ocurrido los últimos años, mi familia y a través de la historia de mi familia la historia de mi país, y a través de la historia de mi país la historia geográfica de los movimientos de tierra, la fauna y una flora que está más presente en el libro nuevo que va a salir que se llama Litoral central. Pero eso salió así, no podía parar de escribir".

Nos detenemos un momento en esa segunda parte de Tordo. Describíamos al comienzo cierto desencanto que se percibía en su disparada de Santiago. Quizás en parte su decisión sea producto de lo que después pudo condensar en estas líneas del poema IV: "Mi mejor alumna se suicidó / escribía poemas obras de teatro enormes / terminaba antes que todos / nunca entré en su mundo / la excusa de las cuarenta y cuatro horas no es suficiente". La poesía se vuelve necesariamente dramática y el final de ese poema (que leyó al aire) nos deja a todos con un nudo en la garganta. "Todo lo que pueda hacer el arte ahí es re importante, porque el nivel de desencantamiento y no poder lograr lo que la sociedad te pide que tenés que lograr, es muy estresante para un joven de 18 años. La deuda económica con la que tiene que cargar una familia es también una deuda afectiva. Todos sabemos cómo funcionan las deudas en latinoamérica y es terrible, más cuando está instalada dentro de una casa. Ahí, ese sistema ya es siniestro". 

"La poesía es otra manera de vivir el tiempo. Nos sumergimos en otras capas, en otra densidad, y empezamos a vivir las palabras de otra manera que no es como funcionan en los medios de comunicación o en el día a día, o en lo ultrainstantáneo de internet. Creo que eso es lo que está acercando a mucha gente a la poesía: otra manera de vivir. Y eso me gusta"

Otro poema en el que nos detuvimos fue el III. Allí escribe: "Y yo te pregunto Jeanne si alguna vez supiste / de una historia más triste que la nuestra / si alguna supiste de una generación más cómoda / en la ignorancia del que nunca se contentó con nada". ¿De qué generación habla cuando habla de generación?, ¿de la suya?, ¿de la de sus padres que vivieron en dictadura? Nos responde: "Es muy difícil interpelar esa generación [la de sus padres] porque uno no lo vivió. Le puedo decir un par de cosas a mis viejos y puedo escribir un par de cosas, pero me parece muy difícil interpelarlos, porque no sé si yo hubiera hecho lo mismo. Y ahí dejo la cuestión dando vueltas... Obviamente, creo que no hubiera hecho lo mismo, pero... pero no los puedo juzgar.

- ¿A qué te referís con hacer lo mismo?

-  A veces guardar silencio es simplemente no preguntarse. En un momento los amigos de la familia se fueron y no volvieron. ¿Nadie se preguntó por qué se fueron y volvieron después de veinte años? Cosas así. ¿Por qué desaparecía gente? Eso no era un rumor. En Chile la dictadura fue muy larga, de mucho silencio y muy concentrado dentro de las casas. No fue una dictadura como la de acá, donde la gente salió en un momento. En Chile se demoró mucho en salir. En Chile prevaleció la tortura. La tortura hace que la persona que fue torturada vuelva y ya no quiera hablar, entonces -como decía Benjamin- ahí la narración se corta, se acaba. Vivimos en una época donde no hay una experiencia de la narración. Y eso también pasó. Claro que hubo muertos de a centenares, todavía no se sabe. Hay una poesía de esa época, pero en cierta forma, y gracias a la poesía que siempre fue un valor gracias a los viejos de principio de SXX en Chile, creo que gran parte de la historia la pudimos conocer gracias a la poesía. Y es nuestro valor moral frente al decaimiento de las instituciones, como se está viviendo en Brasil. Los poetas vuelven a surgir como entes morales de la tribu, no tan escuchados, obviamente, pero es interesante cómo la juventud vuelve a ellos a escucharlos.

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Abajo se puede ver y escuchar la lectura de dos de sus poemas.

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La poesía I. "La poesía es otra manera de vivir el tiempo. Nos sumergimos en otras capas, en otra densidad, y empezamos a vivir las palabras de otra manera que no es como funcionan en los medios de comunicación o en el día a día, o en lo ultrainstantáneo de internet. Creo que eso es lo que está acercando a mucha gente a la poesía: otra manera de vivir. Y eso me gusta".

La poesía II. "Siento que la poesía está siendo más escuchada que leída. Lo charlaba con Santiago Sylvester, que me decía: 'Yo siento que la gente va a las lectura más para escuchar que para leer'. Está bueno eso que decía. Me sigue dando vueltas. Me parece que en Latinoamérica, en el último tiempo, hay un movimiento muy fuerte, muchas editoriales inedependientes, muchas lecturas, festivales y la gente asistiendo". 

La poesía III. "Mucha gente queda con la imagen de que la poesía se quedó en hablar del jardín y el frasco de mermelada. Uno puede incluir al jardín y al frasco de mermelada, pero en medio de eso son tantas las capas de discurso que tenemos todos los días... la política, los medios, la televisión. Uno en un momento puede estar hablando con otra persona y estás con el wassapp, y al mismo tiempo escuchando a alguien en la radio y hay un auto que pasa... Es tan simultánea y tan inmediata la vida en la ciudad que la poesía se está haciendo cargo de eso también. Entonces, la poesía no es un camino de ida de endecasílabos nada más. Puede serlo, pero hay que hacerlo bien. Yo soy más bien de la teoría de que el poeta es un DJ, es el que está mezclando. En esa densidad del lenguaje se mueve uno".

"La poesía es nuestro valor moral frente al decaimiento de las instituciones"

Generación. "Nuestra generación vive en una situación muy arenosa, porque está todo ocurriendo instantáneamente y ahí hay una comodidad. Eso lo veo más en Chile que acá. Me refiero a lo instantáneo, lo inmediato, a la resolución sin mirar atrás, no hay memoria, 'no importa, esos discursos son viejos'. Siempre hay resistencias, pero en general la gente se cansó de no conversar el tema. Y eso es raro".

Las movilizaciones estudiantiles y el desencanto. "Yo creo que nadie quedó indemne de esas marchas gigantes que salían en la tele (...) Lo que pasa es que en un momento, cuando llegan las elecciones, [la disyuntiva] era continuar con un sistema piñerista (como está pasando acá con Macri) o volver a la centroizquierda desgastada. Gran parte del movimiento estudiantil universitario se fue para el lado de la izquierda que venía desmembrándose hacía bastante tiempo. Y cayó en una forma de contentamiento... ¿existe esa palabra? No sé, pero la vamos a inventar. Confortably numb (risas). En eso se empezó a agotar el movimiento y lo extremo empezó a ocurrir. Las formas de transformar ese sistema educacional a través de la sumisión a los partidos políticos, terminó llevando a los jóvenes estudiantes de secundaria y a los que entraban a la universidad a decir: 'No, se acabó'. Ahí es importante cómo el anarquismo agarró vuelo en Chile. Es también interesante cómo distintos movimiento de de izquierda un poquito más extremos llevaron a esta debacle. Aunque se lograron ciertas cosas, cierto nivel de gratuidad, me parece que el sistema tiene una maquinaria tan adentro, tan dificil de sacar... Es el sistema de ingreso a la educación donde está el germen del problema. Hasta que no se mate ese monstruo, me parece que todo lo que se puede hacer es echarle fuego a ese asado".

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