"A Silvina Ocampo nadie se la tomaba demasiado en serio". Entrevista con Mariana Enriquez para descargar.
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Programa N° 526. Nos visitó la escritora y periodista Mariana Enriquez para hablar de su último libro La hermana menor, un retrato de Silvina Ocampo. Ana Ojeda y Nurit Kasztelán, en el marco de Comunidad de lectores, llevaron la charla por lugares y pasajes de un libro apasionante que no fue encarado a la manera de las biografías tradicionales.
Una de las decisiones que destacaron fue la de incluir en la narración aquellos momentos en que aparecen las dificultades para acceder a zonas de la vida de Silvina que están vedadas. "La decisión de poner la fustración ante lo que no encontraba no fue fácil -dice Mariana-. Primero porque se hace poco y tenía que ser muy conciente. A medida que fui encontrándome con eso dije: 'Esta es la forma de contarlo'. Pero mientras tanto lo que me pasaba era que no me contaban".
Una de las decisiones que destacaron fue la de incluir en la narración aquellos momentos en que aparecen las dificultades para acceder a zonas de la vida de Silvina que están vedadas. "La decisión de poner la fustración ante lo que no encontraba no fue fácil -dice Mariana-. Primero porque se hace poco y tenía que ser muy conciente. A medida que fui encontrándome con eso dije: 'Esta es la forma de contarlo'. Pero mientras tanto lo que me pasaba era que no me contaban".
La manera de encararlo desde la forma también se le tornó complicada. Mariana quería que la obra de Silvina estuviera presente pero también que hubiera chisme. "Yo creo que soy bastante invisible en el libro, pero no en lo que me interesa", nos dijo. "Vos podés tomar muchos aspectos en la vida de una persona, a mí me interesaban cosas que son relevantes ahora: la relación de Silvina con la política, puntualmente con el peronismo; su vida amorosa (pero las versiones que había sobre su vida amorosa más que lo que pasaba realmente en su vida amorosa); la relación con su hermana (tener una hermana que fue Victoria Ocampo no es menor); entonces sabía que me interesaba mucho agarrarla facetada y no tanto hacer una biografía cronológica o una biografía de escritor buscando sus influencias literarias".
Hacia el final, después de recordar sus comienzos en el periodismo, nos detuvimos en su costado como entrevistadora y en una nota que le realizó a Charly García para Rolling Stone en 2008, antes de la última internación que derivó en el García que conocemos actualmente. Aquella nota se tituló Cuando ya me empiece a quedar solo. Decía que él había dado mucho por este país y pedía, a modo de retribución, que un millón de argentinos pusieran un peso cada uno para juntar un millón de pesos y salir de la bancarrota. Era una idea genial, bien propia del estado de situación en que estaba sumido Charly. La crónica de Enriquez sobre los días vividos con García es brillante. No es lo que cuenta, sino lo que ella logra comprender a partir de leer entre líneas todo lo que dice Charly. "Disfruté mucho escribirla, no tanto hacer la entrevista", recuerda.
Para finalizar terminamos hablando de política. La actualidad nos tiene preocupados y en eso nos zambullimos.
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La academia. "Encontré muchísimo material académico sobre Silvina. Para mí, que no tengo formación en letras, eran impenetrables. Yo pensaba que es una mujer super interesante también a otros niveles y no hay nada como esto (NdB: como su libro) porque todos están recontra enfrascados en la literatura como máquina autónoma".
El margen. "A Silvina nadie se la tomaba demasiado en serio. La reseñaban, le daban bola y existía en tanto era quien era. Ella se permitía una locura tremenda en sus cuentos porque sabía que nadie le iba a decir nada, que la iban a publicar igual y que había quedado inevitablemente al margen. Ella habitó el margen, literariamente hablando, con un poco de desencanto porque le hubiera gustado que la leyera más gente, pero al mismo tiempo lo aprovechó muy bien. O sea, los límites que tenía los usó a pleno, muy a conciencia".
Elecciones I. "Yo lo voy a votar a Scioli, me parece normal. No entiendo por qué es complicado el tema. En algún sentido me cuesta entender que estén cabeza a cabeza. Al mismo tiempo me parece bien, es la democracia. ¿Y cómo me interpela? Me parece que hay una idea de que un gobierno determinado te tiene que representar en un 100 por ciento y realmente me parece una idea de chico de 14 años. Un presidente es una persona que tiene que gobernar también para mi vecina, que yo se las presentaría con gusto y se las regalaría (risas). Tiene que contenerla a ella en todo este esquema de cosas y a intereses corporativos. Éste me pareció un gobierno que funcionó bien, con problemas en los últimos años. La cuestión de la amplicación de derechos es tan indiscutible que me choca, me confunde mucho la gente que está enojada con eso. Y no le creo a Cambiemos porque votó todo en contra. Al mismo tiempo me parece que hay cosas que están conquistadas".
Elecciones II. "A mi me blanquearon en el laburo en 2004. Fue por la lucha de la asamblea pero en un contexto en que se estaban blanqueando trabajadores, fue el primer aporte que tuve. Yo trabajo desde el 94, nunca me habían hecho un aporte patronal, nunca jamás, no iba a tener jubilación. No es que vote por agradecimiento, lo que digo es que no me parece natural que haya paritarias, que te quieran compensar de alguna manera la inflación".
Ser mujer. "En febrero sale un libro de cuentos por Anagrama. Se llama Las cosas que perdimos en el fuego y son todas protagonistas mujeres. Cumplo 42 años y estos últimos años me puse a pensar en la cuestión femenina, en la cuestión de ser mujer. Antes yo no me sentía mujer, es una locura que esté diciendo ésto y da para otro programa. No sé qué me sentía, tampoco me sentía un hombre. Era más vaga la cuestión. Y no estoy hablando de qué me atraía sexualmente, era hacia adentro. No sé, yo me sentía un andrógino y de repente cambió por cuestiones personales y qué se yo. Entonces, empecé a escribir mujeres, me agarró una cuestión... pero totalmente para adentro, tampoco militante. Mis novelas son todos tipos y tampoco me hacía rollo. La gente me decía: 'Ay, pero escribís la voz de un hombre'. '¡Qué sé yo! Yo no soy una mujerrrr' (risas). Estaba en un lugar medio psicodélico. Y después se me cayó en el cuerpo la cosa femenina y empecé a escribir mujeres".
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Para escuchar o descargar la charla con Mariana clickeá ACÁ.
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La academia. "Encontré muchísimo material académico sobre Silvina. Para mí, que no tengo formación en letras, eran impenetrables. Yo pensaba que es una mujer super interesante también a otros niveles y no hay nada como esto (NdB: como su libro) porque todos están recontra enfrascados en la literatura como máquina autónoma".
El margen. "A Silvina nadie se la tomaba demasiado en serio. La reseñaban, le daban bola y existía en tanto era quien era. Ella se permitía una locura tremenda en sus cuentos porque sabía que nadie le iba a decir nada, que la iban a publicar igual y que había quedado inevitablemente al margen. Ella habitó el margen, literariamente hablando, con un poco de desencanto porque le hubiera gustado que la leyera más gente, pero al mismo tiempo lo aprovechó muy bien. O sea, los límites que tenía los usó a pleno, muy a conciencia".
Elecciones I. "Yo lo voy a votar a Scioli, me parece normal. No entiendo por qué es complicado el tema. En algún sentido me cuesta entender que estén cabeza a cabeza. Al mismo tiempo me parece bien, es la democracia. ¿Y cómo me interpela? Me parece que hay una idea de que un gobierno determinado te tiene que representar en un 100 por ciento y realmente me parece una idea de chico de 14 años. Un presidente es una persona que tiene que gobernar también para mi vecina, que yo se las presentaría con gusto y se las regalaría (risas). Tiene que contenerla a ella en todo este esquema de cosas y a intereses corporativos. Éste me pareció un gobierno que funcionó bien, con problemas en los últimos años. La cuestión de la amplicación de derechos es tan indiscutible que me choca, me confunde mucho la gente que está enojada con eso. Y no le creo a Cambiemos porque votó todo en contra. Al mismo tiempo me parece que hay cosas que están conquistadas".
Elecciones II. "A mi me blanquearon en el laburo en 2004. Fue por la lucha de la asamblea pero en un contexto en que se estaban blanqueando trabajadores, fue el primer aporte que tuve. Yo trabajo desde el 94, nunca me habían hecho un aporte patronal, nunca jamás, no iba a tener jubilación. No es que vote por agradecimiento, lo que digo es que no me parece natural que haya paritarias, que te quieran compensar de alguna manera la inflación".
Ser mujer. "En febrero sale un libro de cuentos por Anagrama. Se llama Las cosas que perdimos en el fuego y son todas protagonistas mujeres. Cumplo 42 años y estos últimos años me puse a pensar en la cuestión femenina, en la cuestión de ser mujer. Antes yo no me sentía mujer, es una locura que esté diciendo ésto y da para otro programa. No sé qué me sentía, tampoco me sentía un hombre. Era más vaga la cuestión. Y no estoy hablando de qué me atraía sexualmente, era hacia adentro. No sé, yo me sentía un andrógino y de repente cambió por cuestiones personales y qué se yo. Entonces, empecé a escribir mujeres, me agarró una cuestión... pero totalmente para adentro, tampoco militante. Mis novelas son todos tipos y tampoco me hacía rollo. La gente me decía: 'Ay, pero escribís la voz de un hombre'. '¡Qué sé yo! Yo no soy una mujerrrr' (risas). Estaba en un lugar medio psicodélico. Y después se me cayó en el cuerpo la cosa femenina y empecé a escribir mujeres".
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