"En Mancilla creemos en la idea de agregar fuego a la tensión, en un diálogo eterno entre los tiempos y las generaciones" - Entrevista con Juan Laxagueborde para descargar


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Programa N° 470. Primera parte. Dejamos para escuchar la entrevista que realizamos con Juan Laxagueborde, integrante del comité editorial de Mancilla, una revista/libro que, en sus propias palabras, abona la idea de "agregar fuego a la tensión". Pero ¿cómo entender la tensión?

En su último número de mayo de 2014, entre los tantos artículos que le dan vida a la revista hay uno escrito por Liliana Herrero que se titula La experiencia de la escucha donde aclara un poco. Trascribo un párrafo:

A veces sabemos qué hacer con el pasado, cómo trabajar con él, pero a veces no. De hecho no siempre lo que se hace con el pasado es necesariamente mejor de lo que fue. El presente no es agregar sobre el pasado. No es puro hibridismo. No es fusión. Lo que hacemos con el pasado es contrafusión. La vieja idea de pensar la historia a contrapelo, levantando. Lo que hacemos no es una más, no es agregado. Es una lucha. De esa tensión puede surgir una obra. En definitiva, la idea de tensión pone en el primer plano el conflicto: por un lado, la no obligación con respecto al pasado, que nos obligaría a repetir. Por el otro, no creer en la eterna creación, porque nada quedaría fraguado y no habría nada a qué recurrir. En el medio de eso hay una tensión extraordinaria y creativa.

He allí uno de los temas que atraviesa la revista y que -en buena medida- sobrevoló nuestra conversación: ¿Qué hacer con el pasado? Ahora transcribo un párrafo del artículo escrito por Juan Laxagueborde, Telescopio invertido:

La crítica a la tradición es necesaria pues produce el lazo. La obra crítica con respecto al pasado no debe pretender una sinonimia tal que lo pulverice. No debe hacer algo "tal cual" como modo de desenmascarar su supuesta artificialidad. Debe situarse críticamente en el arte anterior pero con estéticas nuevas. La tradición nos impulsa pero no necesariamente nos condiciona. A los maestros no hay que negarlos, "matarlos" o imitarlos. Lo que hay que hacer es mantener esa cuerda de aprendices atentos por siempre. Porque no se trata de luchar, se trata de incorporar. La orfandad es imposible.

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Pensar la herencia musical, poética o política, entre o tras cosas, es pensar lo que se reconoce del pasado en las obras actuales y lo que no, de qué manera emerge eso que se presenta como un bloque al que hay que ir desflecando. Es pensar la historia y la cultura.

Con Juan Laxagueborde nos une más de un interés común. Uno de ellos es la música de Lucas Martí. "Es probablemente el único heredero de Spinetta", nos dirá. "Tiene la mitad de lírica y la mitad de vanguardia (...) Lo hereda pero a la vez lo trasciende y eso me gusta mucho". Y sigue: "Hay una frase de Lucas Martí que dice: 'Nadie puede estar tranquilo con lo que heredó'. Sabe que hereda, que tiene las marcas. Eso es lo que dice Liliana Herrero: todos estamos en contacto permanente con el pasado, el tema es qué hacemos con eso". 

Juan forma parte de la generación de la posdictadura. Su compulsión a meterse en temas incómodos y a pensar el pasado con el prisma del presente lo llevó a escribir -con mucha necesidad y algo de pudor- sobre los 60s- 70s y la discusión política alrededor de la lucha armada en el N° 6 de la revista. El ensayo se llama Sobre vivir. De eso hablamos un rato largo y se sumó Oscar Cuervo. ¿Qué podemos pensar nosotros? ¿Qué heredamos de la experiencia de los 70s? ¿Qué debates de la historia política emergen en los dichos de los militantes? ¿Cómo intervenir en una discusión tan ardua como la carta de Oscar del Barco nueve años después? ¿Existe alguna razón que justifique matar a alguien? ¿Qué hacemos con el lenguaje aterrorizado que heredamos? Todas preguntas que aparecen en los cincuenta y pico de minutos de charla.

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Para descargar la entrevista con Juan clickeá ACÁ

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Algunas reflexiones sueltas por escrito:

La revista. "Una revista como esta es una lágrima en el desierto, no tiene ninguna intervención efectiva en ningún tipo de realidad".

Convivencia."En la revista, por ejemplo, conviven Martín Gambarota y Liliana Herrero, dos lenguajes tan distintos que nunca se tocan pero a la vez hay algo en su forma corrosiva de pensar que los une, una forma heterodoxa de encarar las cosas, la poesía o la música. Mancilla es eso: una revista de ensayos heterodoxos y de lectura heterodoxa".

Enciende mi fuego. "Nosotros creemos más en la idea de agregar fuego a la tensión. Un diálogo eterno entre los tiempos y las generaciones. Uno lee así. Uno compra libros creyendo que hay que leer a Toni Negri y no hay que leer a Spinoza, o cree que hay que leer a todos. Hay quién supone que hay que buscar la novedad y que se puede entender una época sólo con las herramientas que esa época le proveé o las que están más adelante. Yo creo que tenemos una idea más amplia y que leemos más para atrás que para adelante".

La revista Crisis. "Una revista con la que nos gusta dialogar y enojarnos un poco es Crisis. Es una revista muy cínica de un sector cínico de la cultura argentina. Es irónica, un poco desdeñosa a veces. Tienen una vocación de intervención pública pero desde un lugar un poco hipócrita. Ese no es el modelo que seguimos (...) Es una revista de la novedad, la herencia no le interesa. Está buscando todo el tiempo el nuevo conflicto social, la nueva literatura, las nuevas tecnologías... Hay una especie de inquietud y de incomodidad que los lleva a buscar novedades de una manera hipócrita. ¿Por qué digo hipócrita? Con incapacidad de aceptar que hay un montón de cosas de este momento histórico y de este momento político que son la condición de posibilidad para esa revista (...) Me parece que en un momento ellos dieron un paso en falso y ya no pudieron volver atrás".

Los soldados de Perón. "Hay debates de la historia política que emergen en los dichos de la militancia. Por un lado la militancia tiene una intensidad y intenciones territoriales que uno puede valorar y respetar.  Las palabras nunca son inocentes, las retóricas no son inocentes y me parece que son temas poco reflexionados. Hay una mímesis setentista poco meditada. No sé si hay solución a eso pero hay que atenderlo. ¿Se puede seguir diciendo Los soldados de Perón? ¿Quienes eran los soldados de Perón?"

Firmenich. "Hay una frase de Horacio Gonzáles, en una entrevista que le hicieron hace mucho, donde dice que le parece interesante Firmenich (como objeto de análisis) porque es el único que no habló, que no se arrepintió, que no se ha podido lograr que hable ¿no? Hay pocas entrevistas, una es de Mariano Grondona. Digo para vincular y ver si cuando uno hereda, hereda todo o hereda parte. ¿Qué hereda? Gonzáles dice: Si Firmenich habla se cae una generación".

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