"Después de 15 años siento que recién ahora estoy empezando mi carrera musical"- Entrevista con El Gnomo antes de presentar FANTASÍA


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Martín Reznik es El Gnomo y está cumpliendo 15 años con la música. Para celebrarlo acaba de editar FANTASÍA - lado A, un disco donde revisita parte de la obra de La Filarmónica Cósmica -o sea, su propia obra- y suma tres canciones nuevas. La particularidad que tiene este nuevo disfrute es que cada canción cuenta con une invitade distinte. Por aquí desfilan -en orden de aparición- Minco, Lisandro Aristimuño, Paula Maffia, Lucio Mantel, Mariana Michi y Nahuel Briones, Los Grillos del Monte, Manu Eguía y La Nube Mágica.

Si hablamos de recorrido hay que recordar que entre discos solistas y con banda se cuentan El disco del Gnomo (solista, 2004), La Filarmónica Cósmica (2009), Tres (LFC, 2012), Las mil y un canciones (solista, 2015) y Futuro (El Gnomo & LFC, 2018). Las diferencias entre ellos son de matices; en algunos hubo mayor participación del grupo en el proceso, en otros menos; para Futuro se redujo a llenar todo el espacio con el timbre del badoneón, el del violín y la guitarra, dándole al trío acústico un protagonismo que se pareció bastante a una declaración de principios. A donde quiero llegar es a que hace tiempo que podemos decir que La Filarmónica Cósmica es más que una banda: es un concepto sonoro cuyos límites se pueden expandir hacia donde él quiera sin que en esos movimientos se pierda una pizca de personalidad artística. Eso tiene que ver con que todos los discos salieron de su cabeza. La misma que en la tapa de FANTASÍA aloja a distintas caras y voces, como quien anda solo pero contiene multitudes.

Antes de la presentación hoy por la noche en Xirgu no podíamos dejar de juntarnos a conversar. Lo hicimos otra vez y aquí está el resultado de una nueva charla.

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Foto de hace exactamente 15 años. Una de las primeras presentaciones en vivo.

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- ¿En qué momento empezaste a pensar que valía la pena revisitar tu propia obra, si bien hay temas nuevos?

- Este año se cumple 15 años de El disco del Gnomo y 10 años de LFC, y la verdad es que hay un montón de canciones que siento que están buenísimas y valía la pena volverlas a grabar y darles una vida nueva. La idea de hacer un compilado de los temas de la Filarmónica la tenía desde hace un tiempo y la frutillita del postre es que cada tema tiene un invitado o invitada distinto.

- ¿Cómo fue la selección de las canciones? 

- Te voy a ser muy sincero: fue una selección natural, elegí los temas que más tocamos en los últimos años tanto con el trío como con la banda. 

- Los temas que nos gustan a los que escuchamos a LFC están. 

- Sí. El otro día un amigo me decía: '¿Cómo no grabaste Días de sal?'.  Me hubiera gustado grabarlo y estaba en la lista. [Ezequiel] Borra estaba para grabar y no lo pudimos hacer. Dame un beso también estaba, los chicos de El Kuelgue estaban invitados y a último momento no llegaron al estudio y no lo hicimos. Se terminó dando una lista que yo digo que es 'lo mejor' pero también es arbitraria esa forma de definirlo. Sí es verdad que hay hits. En definitiva, muchos de los temas que terminaron quedando son lo que veníamos tocando con la Power Folk Acoustic Band. Y también elegí grabar temas de los últimos años que no estaban en ningún disco como Resistir, crear y amar. Elegí grabar con Manu Eguia El mismo rayo, un tema precioso que estaba en un disco de Ciruelo, pero en una versión rockera. Me pareció que era lindo hacerlo con guitarra y voz, como la habíamos compuesto. 

- ¿Cuáles son los temas nuevos que hay en el disco?

- En el Lado A son Johana, Resistir, crear y amar y El mismo Rayo. En el Lado B [que aún no se editó] Dando amor.

- En Johana tenés una invitada deluxe.

- Sí, pero en todos los temas hay invitados deluxe.

- Pero empecemos por Johana, donde canta Paula Maffia.

- Te pregunto yo a vos: ¿en qué te hizo pensar? Porque tiene una historia muy tremenda. ¿Te la conté?

- No. 

- Te la canto y quiero saber en qué te hace pensar. Surge de una historia que es muy concreta y no sé hasta qué punto la quiero comunicar. Pero me da curiosidad, no está escrita de una forma en la cual vos puedas saber qué hay detrás de esa historia. Dice así [canta]:

Estas en peligro, en riesgo constante,
eso te hace más despierta y mucho más veloz.
Sonrisa marcada, tu cuerpo en la calle,
dijiste: Me gusta que me besen el cuello.
¿Cómo olvidar los días adentro?
Lo bueno se espera, no me apures cielo.

Me llevaste lejos y solo quiero verte otra vez.
El infierno te dejó y ya no tenés nada que perder.

Vamos a casa, a bañarnos juntos,
te pido que te relajes, no te voy a hacer mal.
Fuego bajo la cuchara, eso te hace volar,
nada más exitante que la velocidad.
Sé que pensaste en mí como yo en vos,
detrás de las esfera de mis recuerdos.
  
Me llevaste lejos y solo quiero verte otra vez,
el infierno te alejó.

Sos tan ajena a la mentira
siento tanta pena.
No somos nada en este mundo
no me dejes afuera.

- ¿Qué te imaginás?

- Es una historia de una piba de la noche, de la calle.

-Sí.

- No sé de qué trabaja, pero me lo puedo imaginar. Está sugerido en el diálogo, cuando te dice: 'No me apures, cielo'. Esa palabra en boca de ella...

- Ajá. Está bueno que te des cuenta porque la gran mayoría de las cosas con las que hice la canción son cosas que ella me decía a mí. 'Lo bueno se espera, no me apures, cielo'. O: '¿Cómo olvidar los días adentro?'. La piba había estado siete años en cana. En definitiva es una canción de amor.

- Se nota que hay mucho amor. Además, eso después puede ser leído de otra manera: los días adentro no necesariamente deben remitir a la cárcel, puede ser también esa burbuja que se genera cuando estás enamorado...

- Pare ser realistas: es mucho más lo que terminé escribiendo que lo que sucedió. Pero hubo un encuentro que fue fuerte y me shockeó. En un momento decidí que no iba a seguir alimentando ese vínculo, pero me generó tanta tristeza que tuve que hacer la canción, porque realmente me hubiera gustado tener la valentía de seguir.

- Es para seguir profundizando, pero estamos en una nota.

- Por eso al final dice: 'No me dejes afuera'. Ella me lo pide a mí y yo se lo pido a ella.

- ...

- Nosotros nos conocimos una noche muy loca, cinco días antes de la presentación de Futuro en el CAFF. La invité y pensé que no iba a ir. Y fue. Y me agarró cuando me bajé del escenario, me encaro y me dijo: 'Vos te quedaste pensando estos días en mí como yo en vos'. Toda esa noche no me soltó la mano, me agarró y iba de un lado para otro conmigo. Y es una piba que por estar en la calle tiene una velocidad mental que era gracioso cómo los daba vuelta a mis amigos en un segundo. Fue tremendo. Para que te des una idea, se fueron todos y ella me ayudó a hacer los números de la caja. La foto fue... me ví solo con ella. Todos se habían ido a sus casas y me quedé solo con Johana. Yo tenía un pedo que no podía más y ella terminó haciendo los números de la caja. Una piba que estuvo siete años en cana tuvo toda la plata de la recaudación en su bolsillo.

- Pensaba que el rock argentino está lleno de estas historias. Te contaba hace un rato que estuve leyendo el libro del Indio y para él la canción de rock es un modo de contaminar la cultura. 

- Sí, la cagada es que después el rock se pervirtió y la gente le tiene cierto asco por todo el machismo y toda la mierda en la que el rock se convirtió. Hace poco, en una entrevista cortita con Martín Graziano, me preguntaba qué era el rock. Y yo respondí eso: 'El rock es contracultura, sino no sirve'. Sirve si incomoda, si cuestiona... Después está la música rock y el lado caca del rock que es todo en lo que el rock se convirtió después.

- Y además te da posibilidad de poner a circular este tipo de historias en momentos en que personas como Johana quizás son estigmatizadas. Y si son mostradas en la tele son mostradas de manera fea, espectacularizada. Y vos mostrás una historia de amor.

- Sobre todo una historia de amistad. Esa noche, después del CAFF, fue la persona que me acompañó, me ayudó a bajar, se quedó conmigo conteniéndome. Y a la vez nos quedamos hablando de su historia de vida. Hubo un vínculo de amistad. A los pocos días fue el día del amigo y me mandó un mensaje que me hizo llorar.  Fue trazar un vínculo y un puente.

- Atravesaste en puente [risas]

- Yo siempre tuve una fascinación con los pibes que paraban a la vuelta de casa, que eran re pesados. Como de querer hacerme amigo. Y después te das cuenta que cuando lográs meterte un poco ahí salís corriendo porque son otros códigos, es otra clase social y tienen otra forma de manejarse. Y por ahí un chiste que hacés con tus amigos lo hacés ahí y te quieren cagar a trompadas. No sé, metafóricamente es eso: querer acercarse al otro de verdad, al otro que está en el otro lado.

- Vos tenes eso, ¿no? Y eso es lo más difícil de la vida.

- Vos sabés que ahora que volví a Almagro me volví a encontrar con un chabón que se llama Jorge y le dicen El Mono. Tendrá cincuenta y pico de años, y cuando yo vivía acá me había hecho amigo. Es un cartonero y vive y duerme en la calle. Un día al mediodía iba caminando por la calle y no sé qué me dice. Yo me quedo mirandoló y le digo: '¿Qué hacés acá hablando solo?'. En realidad, escuché un comentario que le hizo a una vieja que pasaba y me cagué de risa, después me hizo un comentario a mí y ahí le contesté. Y me dice: 'No estoy hablando solo, estoy hablando con vos' [risas]. Esa rapidez que te deslumbra. Y me senté a charlar un rato y quedó esa amistad. Lo cruzaba por la calle y me convidaba café... Y ahora que volví al barrio, un día volvía de correr de Parque Centenario y lo veo al Mono. Pensé: '¿Este hijo de puta sigue vivo?'. Y me ve y me asusté un poco, y me dice: '¿Te vas a hacer el boludo?'. Siempre anda medio borracho. Y del carrito saca una banana y me la da. '¡Comela vos!', le digo. '¡Dale! Por los tiempos vividos', me dijo. Cuatro años sin verlo. 'Para después de correr es lo mejor que hay'. O sea, se acordaba de mí perfecto el tipo.

-  ¿Paula estaba al tanto de la historia de Johana?

- Sí, el día que fui a la casa se la conté. Primero pensé quién podía cantar esa canción porque me quedaba muy aguda. Pensé en ella. Y cuando se la mostré tenía miedo de contarle porque no es una historia tan...

- No es tan políticamente correcta...

- ... no tan políticamente correcta, si bien no hay nada oscuro en cómo se dio la situación. De todas maneras, me pareció que tenía que contársela y le dio el visto bueno. 'Me parece una historia de amor hermosa', me dijo. Vino a cantarla y lo que hizo fue increíble. Yo le pasé la melodía y le dije: 'Hacé lo que quieras'. Y cuando vino al estudio cantó como nadie, nos caímos de culo, fue muy emocionante la interpretación, una genia total. Aparte cantó las cinco tomas una mejor que la otra. Es una nueva amiga muy valiosa para mis vínculos y para el mundo.

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- ¿Cómo grabaste el disco? ¿Con toda la banda en un estudio tocando en vivo?

- Sí. Fuimos al estudio El Pie y planificamos grabar más de 18 temas en cuatro días. ¡Una locura! Hubo cuatro o cinco que no pudimos meter porque los invitados no llegaban, pero igual no hubiéramos podido. Armamos una especie de círculo en el estudio y la batería en un cuarto aparte. Grabamos todo en vivo con todos los instrumentos, todas las voces, todo en un mismo lugar. Eso aportaba algo nuevo a los temas originales, más allá de que los temas con los años fueron cambiando. Y también quería darle esa cosa más viva que está en los discos de Lennon o en los discos de los 70.

- Está logrado eso.

- Sí, se recontra logró. Fue una apuesta también porque no sabíamos cómo iba a salir. Creo que ninguno de los pibes de la banda confiaba en que iba a salir bien. Y lo que vivimos esos días fue muy mágico porque fue un nivel de alegría y excitación... todos metidos tocando para lograr la mejor toma, ¿viste? Toda la banda, más la persona invitada, dando lo mejor de sí. Es apostar a lo colectivo, a la magia del momento todos juntos, y es muy hermoso eso porque trabajando de esa forma nos potenciamos todos: banda, invitados, invitadas y equipo de filmación. Arrancábamos las sesiones a las 11 de la mañana y terminábamos a las 11 de la noche en Villa Urquiza. Yo me levantaba a las 8 y me dormía a las 2 de la mañana, porque tenía una manija que no podía más. No dormía más de cuatro horas. Y a todos los de la banda les pasó lo mismo. Y fue una constante que todos los invitados del disco se fueron muy felices. Hubo cosas heroicas. Por ejemplo, Julián Gándara es el que hizo el arreglo de cuerdas de Bocas de piedad, el tema que grabamos con Lucio [Mantel]. Yo le había pedido que escribiera un arreglo para ese tema. Él me había dicho que quería hacerlo pero que justo acababa de ser papá. Finalmente me dijo que sí. Teníamos todo arreglado y el mismo día que grabábamos me dijo: 'Gnomo, no voy a llegar, estoy con fiebre, no pude encarar, te pido mil disculpas, vamos a tener que cancelar'. Yo dije: 'Todo bien'. Cancelé también a Esteban, que iba a venir a tocar la viola. Tres horas después me manda una foto del arreglo: 'Arranqué, me re copé, hagámoslo'. Lo escribió esa misma tarde el arreglo. Es un superdotado de la música, toca todos los instrumentos, es productor para lo que te imagines, fue cellista de Charly; o sea, no cualquiera te hace un arreglo en una tarde. ¡Y que arreglo se mandó! Y sumado a eso, él vive en Congreso y ese día era el G-20, y se fue de Congreso a Saavedra en bicicleta con el cello encima [risas].

- Tremendo.

- Y ese tema lo grabamos el miércoles a la noche, cuando ya habíamos grabado casi todos los temas del disco. Ese fue el último y el que más tomas tuvimos que hacer porque grabar un arreglo de cuerdas es muy complicado. Hicimos 18 tomas para que el arreglo suene bien, porque era complejo y había que ablandarlo. Y yo al final no podía más, boludo [risas]. No quería saber más nada, pero terminó quedando una de las últimas tomas. En el medio de eso, yo estaba cantando con la voz medio quebrada y le digo a Lucio: 'Boludo, me estoy emocionando'. Porque me acordé que cuando estuve internado Lucio fue el primero de mis amigos músicos que vino al sanatorio con Lula [Bauer], trajeron una guitarra y me cantó Luz de día. 'Me acordé de ese momento', le dije. Y me dice: 'Todo bien, pero estás cantando como el orto, así que dejá de emocionarte y sacá la voz' [risas]. Entonces, creo que fue en la últimas tres tomas que me puse las pilas y canté más para afuera. 

"Es un disco generoso para con los invitados, no los invité a cantar un corito, los invité para que se luzcan"

- Cortá con tanta dulzura [risas]. En El son del amor volviste a invitar a Lisandro Aristimuño. Su aparición es otra vez muy luminosa, ¿no? 

- Sí.

- ¿Cómo fue?

- De todos los invitados del disco, Lisandro fue el primero que me dijo que sí y el primero que me dio agenda. Se grabó entre el 25 y el 28 de noviembre. Fue muy concreto todo, me dijo: 'Sí, voy'. Y cuando vino le estaba escribiendo la letra a mano para que la recuerde y me bajó: 'Le voy a decir que lo cante entero'. No era la idea. Iba a empezar cantando yo y él se iba a meter en el coro. Pero pensé que tenía que cantarla entera, aunque finalmente cantamos los dos pero intercambiamos el orden. A mí me queda muy difícil ese tema, siempre me cuesta cantarlo porque está en un registro de tenor y a él le queda espectacular, lo canta como nadie. Es un disco generoso para con los invitados, no los invité a cantar un corito, los invité para que se luzcan. Eso lo aprendí de Pablo Grinjot. Él no está en el disco, pero siempre que me invita a cantar en vivo (y me invitó en su último disco también) me hace cantar una canción entera. ¡Si invitás a alguien, invitalo! No lo hagas cantar una octava abajo que no lo va a escuchar nadie. Bueno, eso. Con Lisandro hemos tenido noches de tomarnos unas cuantas birras y cantar canciones, y lo escucho cantar El son del amor y le digo: '¡Boludo, lo cantás mejor que yo!'. Le queda mejor [risas]. Y en la grabación la cantó entera. Al otro día me mandó un mensaje diciendo qué buena estuvo la grabación, gracias, quiero escuchar lo que pasó... O sea, un tipo comprometido... Quiero decir, ha tocado en el Luna Park más de una vez, ¡el Luna Park! Nosotros no lo dimensionamos porque hizo una carrera independiente, pero esa actitud me parece increíble. 

- Contame por qué la elección de Nahuel Briones y Mariana Michi a formar parte de Resisitir, crear y amar.

- Yo estoy muy copado con los discos que están sacando tanto Nahuel como Mariana. Uno de los discos que más escuché el último año lo hizo ella: Cayó el valiente. Y él me parece que es un pibe que labura súper bien. Me parece muy admirable cómo está laburando, por la producción, por los discos, porque lo ví en vivo y es un animal. Y también por la forma de comunicar: me parece un pibe súper piola, muy amoroso, copado. Y se me ocurrió invitarlos y hacer algo los tres. La estrofa que canta Nahuel era para que la cante él. Él es muy abierto en su forma de comunicar. En sus discos y en sus letras toma riesgos, y en las redes sociales habla de estas cosas. Me parece que está buenísimo.  Quería que cante esa estrofa que dice: 'Los fachos avanzan con mentiras y armas, van lavando bochos, cerrando las plazas, vaciando las casas. Hay tanta policía en este lugar, todos controlados desde el celular, solo queda resistir, crear y amar'

- Nahuel te dijo algo vinculado a ser consciente de que en el mundo exterior nadie está esperando nada de uno, sino que uno tiene que ir a buscarlas. ¿Cómo es eso?

- Sí, me dijo algo que me hizo un click en la cabeza: 'Nadie está esperando tu disco, a nadie le importa que saques un disco nuevo'. Y ahí entendí por qué el pibe está constantemente llamando la atención y generando cosas nuevas: porque es una forma de hacer que lo escuchen, contrariamente a lo que pueda pensar otra gente como que es por una cuestión narcisista de estar hablando de uno. En este mundo nos acostumbramos al artista ceniciento. Es algo del pasado, pero los que tenemos treinta y pico -por no decir casi cuarenta [risas]- venimos de una generación que adora a músicos que estaban en un limbo. Nosotros crecimos mirando gente que estaba en un limbo y se dedicaba a crear y nada más. Y los llamaban para hacer notas en radio y medios de comunicación. Eso ahora cambió y parte del laburo (algo que estoy entendiendo recién ahora) es ser creativo también en la forma de comunicar lo que hacés. Si vos no te movés para que la gente te escuche nadie lo va a hacer por vos, ¡nadie! Entonces, hay que arremangarse y hacer ese laburo sucio que no le gusta a nadie.

- En este disco vuelven Los Grillos del Monte a grabar.

- Mirá hay algo de lo que quiero hablar: algo que me pasó es que conozco mucha gente, tengo posibilidad de invitar a un montón de músicos y músicas que son muchísimo más famosos que yo, por decirlo de alguna forma. O que tienen más éxito. Esto es algo que charlé en terapia y el quía me puso en un lugar. En un momento yo estaba estresado porque ya tenía el proyecto, ya estaba a un mes de entrar a grabar y todavía no había invitado a nadie. Estaba trabado con toda esa cuestión [risas]. No tenía a nadie confirmado y no me animaba a levantar el teléfono. Y me hizo ver que lo importante era generar las condiciones para que esos días en el estudio se genere la magia para registrar el momento artístico. Lo importante no era que venga Charly García. Además, ¿cómo me iba a sentir si venía? Digo Charly por ir a un extremo, no tenía esa posibilidad. Si cuando vino Lisandro me puse nervioso... y es un amigo, ¿entendés? Fue el tema que más chivé de todos, te lo juro [risas]. Y es un amigo, pero vino Lisandro y me puse nervioso. Y todos estábamos más alterados y no se por qué. Y para mí fue uno de los temas más lindos, hubo magia. Entonces, yo pasé a buscar magia y para eso me dí cuenta que tenía que buscar amigos y que el disco tenía que trazar un dibujo generacional, buscar compañeros de ruta, gente más joven, amigos y amigas, y que el foco debía estar puesto en lo musical. Uno de los momentos más bellos del disco fue con Manu Eguía de Cirurlo. Yo no sé si hubiera logrado algo más lindo con, por ejemplo, Fernando Cabrera que lo que logramos con Manu. Grabamos una guitarra y dos voces casi sin ensayo y es uno de los momentos más lindos y más íntimos del disco. Me hubiera gustado invitar un montón más. Por ejemplo a Pablo Grinjot, a Dieguito Martez, a Manuel Onis, un montón de amigos y de amigas de todos estos años. 

- Volvamos a Los grillos...

- Volviendo... No significó nada para los Grillos en sí. Los Grillos es un proyecto que está ahí a la espera de que se unan los planetas. Es un grupo de amigos que nos adoramos, nos queremos y cuando podemos nos juntamos a tocar y disfrutamos de eso. A mí me encantaría que el proyecto vuelva a revivir porque hay una magia especial. Transformación es una canción que habíamos grabado en el disco de Los Grillos y me parece uno de los temas más lindos que hice, entonces tenía ganas de que esté en un disco mío, y grabarlo en vivo. 

"FANTASÍA es la metáfora de lo que siempre creí como artista que uno debe defender"

- ¿Por qué elegiste el título FANTASÍA para el disco?

- Lo saqué de la película La historia sin fin y del libro La historia sin fin. ¿Viste la película?

- No.

- ¿No? Vi la película cuando era muy chico, leí el libro de adolescente cuando tenía 18 años y terminé llorando, no podía creer el impacto que me generó. En esa historia los protagonistas -uno en el mundo real y otro en el mundo fantástico- se juntan par salvar al reino de fantasía de una enfermedad terminal. Fantasía estaba empezando a desaparecer. Es un reino en que viven todos los personajes de la imaginación y empieza a desaparecer porque hay una enfermedad que se llama la nada y avanza, y está haciendo que los seres humanos pierdan la imaginación. Fantasía es la metáfora de lo que siempre creí como artista que uno debe defender. Y a la vez sigue siendo el concepto que inventaron Lennon y Yoko con Imagine. Es otra forma de decir Imagine. Pero el título está sacado de ahí en honor al reino de fantasía frente al avance de la nada. Obviamente, vos y yo sabemos qué es la nada hoy en día.

- Eso te iba a decir, hoy en día hay una avance de la nada.

- En la canción Resistir, crear y amar... va por ahí.

- ¿Duele la humanidad?

- ¿A vos?

- Sí, obvio. Vuelvo al libro del Indio. En un momento dice que los artistas deben hacerse cargo del dolor de los otros. Casi como un imperativo lo dice. Y se une con lo que cantás: 'Nos duele la humanidad'. En las letras de tus canciones eso está.

- Son las fuentes de inspiración que a cada uno le tocan.

- Y elige.

- No se hasta qué punto.... Uno elige en función de la vida que le tocó y de la educación que tuvo.

- ¿Vos sentis que tu educación estuvo direccionada a ser empático con los demás o lo aprendiste más solo?

- Mis viejos son personas muy sensibles, fueron militantes en los 70. Me hicieron escuchar Beatles, Charly y Silvio Rodríguez. Eso se escuchaba en casa cuando yo tenía cinco años. Y si bien no se dedican al arte y tienen limitaciones a veces en lo vincular... Quiero decir, a veces la historia con los padres es complicada... Es loco lo que nos une con ellos. Hay un puente o una distancia, pero en ese puente invisible hay un amor que no podés tocar. Es re loco. Así que sí, yo creo que esa educación la tuve, pero fue transmitida de una forma que no podría explicar porque tiene que ver con la esencia de las personas, con lo que es mi viejo, mi vieja y de lo que sienten con el mundo. A mí nadie me dio clase de cómo tenía que vivir la vida, pero mis viejos son de una forma, mis abuelo son de una forma, mi familia, mis tíos... Ahí hay una forma de sentir y de vivir la vida que naturalmente es así, pero no andan haciendo proclama de eso, es natural.

- ¿Vas a tratar de generar las condiciones para llegar al concierto y que sea una instancia de disfrute? ¿Cómo estás preparándolo?

- No sé [risas]. Estoy muy volcado a la difusión porque parte del disfrute es que el teatro esté lleno. Si eso pasa, creo que me voy a relajar. Si sé que van a venir 300 personas lo voy a disfrutar. Ya me dí cuenta que mucho de lo que tiene que ver con el disfrute es hacer lo que está a tu alcance. Hay un relajo que viene de subirse al escenario habiendo dado todo lo que tenías para dar antes de eso. Entonces, por más que estés cansado... Me pasó el año pasado y esta vez estoy mucho más organizado que el año pasado. Yo voy a tratar de quedarme en casa, no fumar, no escabiar, no salir y laburar para que venga gente. Después será un momento más en la historia musical. Después a eso hay que darle continuidad, hay que sacar el Lado B. Eso es algo que estoy aprendiendo recién ahora: después de 15 años siento que recién ahora estoy empezando mi carrera musical, porque recién ahora me lo estoy proponiendo como un objetivo y siento que lo  estoy haciendo bien. Este tiempo de vida musical estuve más dedicado a vivir experiencias, a la bohemia, a sacar discos... Si bien siempre hice conciertos, recién ahora siento que estoy encarando algo y yendo en esa dirección. No se me va a escapar la tortuga, digamos [risas].

- No es malo tener un plan.

- Sí, quiero vivir de la música... Aparte, sino, ¿de qué voy a vivir? [risas]

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